Se llamaba Jack Johnson y fue el primer afroamericano que conquistó el título mundial de los pesos pesados de boxeo. El color de su piel se convirtió en una amenaza para las autoridades estadounidenses de comienzos del siglo XX, quienes buscaron la manera de encerrarlo en prisión de por vida. Pero Johnson fue más rápido y se fugó hacia una Europa inmersa en un terrible conflicto bélico. En 1916, el boxeador buscó refugio en España, un país neutral en el que por entonces apenas se sabía nada sobre boxeo. El campeón fijó su residencia en la península durante tres años y se convirtió en un personaje sorprendente al que se le podía ver por igual ejercer de torero, creativo publicitario, periodista, actor o espía. Esta es su asombrosa historia.
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