Si buscas un cementerio o una casa encantada a orillas de un lago, te equivocas de libro. En estos escenarios encuentras esa sensación de desasosiego y tensión que tanto te inquieta, pero solo en lugares apartados. Es lógico, así el terror queda acotado a un paisaje, a un escenario que no se parece en nada al que pisas cada día. Siempre puedes cerrar el libro y seguir con tu vida.
Pero, ¿qué pasaría si te perdieras de noche por una carretera que creías conocer? ¿Y si al salir de la carnicería del barrio la gente se comportara de forma extraña? ¿Qué sentirías si cada vez que la luz de tu escalera se apaga, oyeras ruidos inexplicables? ¿Seguirías pensando igual si la persona que vive contigo no parece la misma?
¿No serían entonces tu casa, tu calle o tu trabajo lugares más terroríficos que un tranquilo cementerio o una aburrida casa en el lago? Si tu respuesta es sí, ya tienes libro. Siéntate pero no te acomodes, no te traiciona el rabillo del ojo, no hay nadie más en casa, no es solo frío lo que sientes… son fenómenos extraños.
Pero, ¿qué pasaría si te perdieras de noche por una carretera que creías conocer? ¿Y si al salir de la carnicería del barrio la gente se comportara de forma extraña? ¿Qué sentirías si cada vez que la luz de tu escalera se apaga, oyeras ruidos inexplicables? ¿Seguirías pensando igual si la persona que vive contigo no parece la misma?
¿No serían entonces tu casa, tu calle o tu trabajo lugares más terroríficos que un tranquilo cementerio o una aburrida casa en el lago? Si tu respuesta es sí, ya tienes libro. Siéntate pero no te acomodes, no te traiciona el rabillo del ojo, no hay nadie más en casa, no es solo frío lo que sientes… son fenómenos extraños.