Fiesta de disfraces no sólo es una reflexión sentimental sobre la identidad, las caretas, el fingimiento, tan propia de la mejor poesía contemporánea, sino un verdadero festín poético de lenguajes y metros. La versatilidad, la riqueza expresiva, la melancolía encubierta de exceso verbal, de contrastes y estallidos caracterizan la propuesta de Díaz-Pimienta: «Yo tengo un rostro aquí y otro mañana; tú tienes otra máscara debajo». Todo rostro es, en esencia, un disfraz que nos protege de los otros y de nosotros mismos. Fiesta de disfraces nos arrastra a un viaje por ese otro rostro-ficción-verdad que es la poesía, la máscara-paradoja que nos desnuda.
Este sitio es seguro
Usted está en un sitio seguro, habilitado para SSL. Todas nuestras fuentes son constantemente verificadas.