El protagonista de esta obra nace en Campazas, provincia de León, hijo del labrador Antón Zotes y de la tía Catalina Rebollo, su mujer. Tras estudiar sus primeras letras en la escuela rural de Villaornate y gramática latina con un dómine pedante y estrafalario de las cercanías, apellidado Zancas-Largas, decide de rondón meterse a fraile, conquistado por la descripción de la regalada vida de convento que le hace un lego de paso por su casa. Acabado el noviciado sin haber entendido palabra en sus estudios, cae en manos del predicador mayor del convento, fray Blas, que toma a Gerundio por su cuenta, lo encamina hacia la oratoria y lo forma según su propio estilo. La novela, que consta de dos partes con tres libros cada una, es de considerable extensión, y sin embargo, no pasa de las primeras escaramuzas de fray Gerundio, que solo predica ante el lector dos sermones y medio. El resto de la obra lo componen las enseñanzas de fray Blas a su pupilo.
Se trata de una novela de muy escasa acción, en la que se conjugan del modo más extraño dos elementos: una narración novelística satírica y burlesca acerca de los malos predicadores, que aún seguían el estilo pomposo y pedante de los predicadores gongorinos del barroco, y un tratado didáctico de oratoria sagrada. En esta combinación intercala el autor además diversos cuentos y chascarrillos. Se percibe en la obra el influjo de la novela picaresca y de Cervantes, y lo que más destaca en la misma es su ingenio y su ironía, a pesar de su prácticamente inexistente acción. De la obra se agotaron los primeros 1500 ejemplares de la edición original en solo tres días.
Se trata de una novela de muy escasa acción, en la que se conjugan del modo más extraño dos elementos: una narración novelística satírica y burlesca acerca de los malos predicadores, que aún seguían el estilo pomposo y pedante de los predicadores gongorinos del barroco, y un tratado didáctico de oratoria sagrada. En esta combinación intercala el autor además diversos cuentos y chascarrillos. Se percibe en la obra el influjo de la novela picaresca y de Cervantes, y lo que más destaca en la misma es su ingenio y su ironía, a pesar de su prácticamente inexistente acción. De la obra se agotaron los primeros 1500 ejemplares de la edición original en solo tres días.