La magia del fútbol consigue que millones de personas en todo el planeta estén conectadas a través de un juego que se ha instalado en sus vidas como una liturgia imbatible sin la cual sería ya prácticamente imposible entender su existencia. El pausado y a menudo emocionante recorrido que hace el autor por los cinco puntos cardinales del planeta no sólo sirve para confirmar aquel viejo axioma de Eduardo Galeano de que "se juega como se vive", sino también para cerrar el círculo a una realidad que con la globalización y el masivo desembarco de las nuevas tecnologías en la comunicación se ha hecho si cabe más evidente: el balompié es la religión con más fieles del nuevo milenio.
No se trata ya de una mera actividad recreativa o una pasión que alimenta los corazones de millones de personas cada fin de semana. Su fuerza arrolladora, abanderada por los grandes embajadores de la pelota (Messi, Cristiano, Iniesta, Casillas...), ha trascendido los estadios para convertirse en un fenómeno cuasi mesiánico capaz de encontrar lugares comunes entre mundos antitéticos por causa de factores económicos, históricos o de fe.
Esa condición de universalidad que posee ha hecho también del llamado deporte rey un eficaz instrumento con el que transmitir la esperanza de una vida mejor y más justa.
A lo largo de este revelador y fascinante viaje de 40 historias, David Ruiz nos descubrirá cómo Mahatma Gandhi pulió su revolución pacífica sirviéndose de un deporte por el que sentía una especial fascinación, cómo los monjes budistas han revitalizado en la antigua Birmania la pasión por un juego prohibido durante décadas por la dictadura comunista, el modo en que Palestina se aferra a los Barça-Madrid y a su selección a modo de dulce bálsamo frente a una trágica existencia marcada por la ocupación militar israelí, o cómo el embrujo de la redonda logra que los niños africanos se levanten y salgan a las calles con el anhelo de seguir algún día el sendero de los Drogba, Yaya Touré, Essien o Eto"o.
En el fútbol, como en la vida, no es oro todo lo que reluce y también encontraremos episodios en los que aparece como involuntario vehículo del que se sirven agrupaciones ultras para dar rienda suelta a la violencia, como sucede en el derbi de Belgrado entre Partizan y Estrella Roja.
Amistad, solidaridad, pasión, felicidad, tolerancia, orgullo, perseverancia, odio, patriotismo... No hay estado de ánimo, actitud ante la vida o comportamiento que se resista a su embriagadora fragancia, ya sea en Rusia o en Borneo, en Costa de Marfil o en Irak, en Rumanía o en Tonga, en Nicaragua o en Mongolia. Porque el balompié es una aldea global capaz de hacer aflorar a la superficie los valores más diversos del género humano.
No se trata ya de una mera actividad recreativa o una pasión que alimenta los corazones de millones de personas cada fin de semana. Su fuerza arrolladora, abanderada por los grandes embajadores de la pelota (Messi, Cristiano, Iniesta, Casillas...), ha trascendido los estadios para convertirse en un fenómeno cuasi mesiánico capaz de encontrar lugares comunes entre mundos antitéticos por causa de factores económicos, históricos o de fe.
Esa condición de universalidad que posee ha hecho también del llamado deporte rey un eficaz instrumento con el que transmitir la esperanza de una vida mejor y más justa.
A lo largo de este revelador y fascinante viaje de 40 historias, David Ruiz nos descubrirá cómo Mahatma Gandhi pulió su revolución pacífica sirviéndose de un deporte por el que sentía una especial fascinación, cómo los monjes budistas han revitalizado en la antigua Birmania la pasión por un juego prohibido durante décadas por la dictadura comunista, el modo en que Palestina se aferra a los Barça-Madrid y a su selección a modo de dulce bálsamo frente a una trágica existencia marcada por la ocupación militar israelí, o cómo el embrujo de la redonda logra que los niños africanos se levanten y salgan a las calles con el anhelo de seguir algún día el sendero de los Drogba, Yaya Touré, Essien o Eto"o.
En el fútbol, como en la vida, no es oro todo lo que reluce y también encontraremos episodios en los que aparece como involuntario vehículo del que se sirven agrupaciones ultras para dar rienda suelta a la violencia, como sucede en el derbi de Belgrado entre Partizan y Estrella Roja.
Amistad, solidaridad, pasión, felicidad, tolerancia, orgullo, perseverancia, odio, patriotismo... No hay estado de ánimo, actitud ante la vida o comportamiento que se resista a su embriagadora fragancia, ya sea en Rusia o en Borneo, en Costa de Marfil o en Irak, en Rumanía o en Tonga, en Nicaragua o en Mongolia. Porque el balompié es una aldea global capaz de hacer aflorar a la superficie los valores más diversos del género humano.