Un libro de crónicas, semblanzas, reportajes y entrevistas que quiebran el sueño y el sopor y hacen crecer una sonrisa divertida de principio a fin.
Los textos que componen Gato encerrado son pruebas del ejercicio de la profesión periodística por parte del autor, pero, antes que eso, son resultado de su "adicción por el rudo ejercicio de escribir" o, más propiamente, de su predilección por contar historias, quizás porque, como afirma, eso lo expone a la felicidad. En suma, aquí Ampuero muestra su habilidad para apreciar lo curioso y lo sorprendente, y para descubrir lo oculto, siempre desde su inquebrantable vitalidad.
«Ha visto a un poeta bailar sobre una mesa durante horas y a otro que le salían mariposas de la barba. (...) Ha sentido sobre la frente el cañón de un revolver cuyo dueño, mezcal de por medio, creía que le había robado su reloj, y se ha salvado de morir congelado gracias a que Dios y el pisco son peruanos».
Enrique Zileri