El proceso de fabricación del cemento es un proceso con un consumo intensivo de energía, debido fundamentalmente a las altas temperaturas que es necesario alcanzar para su correcto desarrollo. Los costes energéticos de combustibles y energía eléctrica representan entre un 30% y un 40% de los costes de fabricación, por lo que el consumo de energía y la diversificación de las fuentes energéticas es un asunto de máxima importancia para esta industria.
Tradicionalmente la energía se ha suministrado mediante distintos combustibles fósiles, como carbón, coque de petróleo, fueloil y gas natural. Más recientemente se han incorporado otros combustibles de sustitución: se trata de restos de pinturas, tintas, neumáticos, disolventes halogenados y no halogenados, residuos industriales del petróleo, aceites industriales, fluidos de transmisión, fluidos hidráulicos y de compresión, etc., todos ellos clasificados como residuos peligrosos.
La sustitución de combustible por residuos resulta beneficiosa para el sector cementero, ya que se ahorra dinero en combustible y además recibe ingresos como planta gestora de residuos.
La puesta en marcha de este tipo de incineración está favoreciendo los intereses económicos frente a los intereses públicos.
La utilización de residuos tóxicos como combustible en cementeras, lejos de resolver el problema dificulta el establecimiento de verdaderas soluciones a largo plazo como son el desarrollo de planes de reducción, reciclaje y una tendencia de la industria a la Producción Limpia.
Tradicionalmente la energía se ha suministrado mediante distintos combustibles fósiles, como carbón, coque de petróleo, fueloil y gas natural. Más recientemente se han incorporado otros combustibles de sustitución: se trata de restos de pinturas, tintas, neumáticos, disolventes halogenados y no halogenados, residuos industriales del petróleo, aceites industriales, fluidos de transmisión, fluidos hidráulicos y de compresión, etc., todos ellos clasificados como residuos peligrosos.
La sustitución de combustible por residuos resulta beneficiosa para el sector cementero, ya que se ahorra dinero en combustible y además recibe ingresos como planta gestora de residuos.
La puesta en marcha de este tipo de incineración está favoreciendo los intereses económicos frente a los intereses públicos.
La utilización de residuos tóxicos como combustible en cementeras, lejos de resolver el problema dificulta el establecimiento de verdaderas soluciones a largo plazo como son el desarrollo de planes de reducción, reciclaje y una tendencia de la industria a la Producción Limpia.