Viajar a un lugar fantástico que quizás no es real, puede ser una aventura loca, pero el aventurero, para embarcarse, ha de ser cuerdo. Para el que tiene alma aventurera cada viaje es siempre algo extraordinario, porque un paisaje es un estado del alma: sabe que para ver el paisaje es necesario vivir dentro de uno mismo, hombre adentro capaz de viajar a aquellos lugares en los que nunca alguien estuvo o muy pocos han logrado llegar.
Es recomendable no buscar compañía al iniciar el viaje fantástico. Si alguien busca el mismo lugar, seguro lo conocerás en el camino. Un consejo es que para decidir la ruta hacia cualquier lugar fantástico, el camino mejor es el más conforme con nuestra naturaleza. Si no se opone la pereza y la ociosidad, no hay ningún camino que no acabe. Pitágoras indica que el principio es la mitad de todo el camino. Por lo demás, no hay nada tan oculto que, buscándolo, no pueda hallarse. Tú sabes que nada puede contra tu propio destino.
Es recomendable no buscar compañía al iniciar el viaje fantástico. Si alguien busca el mismo lugar, seguro lo conocerás en el camino. Un consejo es que para decidir la ruta hacia cualquier lugar fantástico, el camino mejor es el más conforme con nuestra naturaleza. Si no se opone la pereza y la ociosidad, no hay ningún camino que no acabe. Pitágoras indica que el principio es la mitad de todo el camino. Por lo demás, no hay nada tan oculto que, buscándolo, no pueda hallarse. Tú sabes que nada puede contra tu propio destino.