Una vez que tengas este libro en tus manos, los autores te recomiendan
que apagues el celular y te ubiques cómodamente en un sillón para
leerlo, después de dejar en el contestador los siguientes mensajes: «Si
es mi mamá, estoy bien, cuando pueda te llamo; si es mi analista, estoy
muy mal y necesito su ayuda urgente; si es el doctor: me duele acá
venga a verme, pero avise cuándo viene, así la conoce a mi hija la
soltera; si es un acreedor, está equivocado de número».
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