Lo que está muy cerca es muchas veces lo que más se desconoce.
Más allá de unos cuantos estereotipos generalmente poco afortunados, Francia es una especie de lugar ignoto para la gran mayoría de los ciudadanos españoles, a los que parece reconfortar la idea de que se trata de un país poblado por unos seres soberbios y altaneros, propensos a la bronca y de mal perder cuando por ejemplo la Roja vence a su selección nacional.
El autor, durante seis años corresponsal de televisión en París, presenta un retrato de Francia impregnado de un afecto crítico, lleno de ironía y basado en su empeño de dar a conocer al lector español un país fascinante, plagado de contradicciones, orgulloso de su historia y que ha aportado a la humanidad conocimiento, placeres sensoriales, métodos de análisis y pensamiento y, en general, un enfoque de la vida que aúna la
razón con la pasión. Como señala el propio autor en el prólogo: «A pesar de sus particularidades en ocasiones irritantes, de sus pulsiones conservadoras fruto de la autocomplacencia, de la inseguridad en sus propias fuerzas y del miedo al declive, a su pérdida de influencia en el mundo y a su crisis de identidad, Francia mantiene una capacidad infinita para imaginar, trascender, inventar e innovar. Es, en general, un país al que hay mucho que agradecerle».
Gracias, Francia pretende descubrir de una forma divertida, rigurosa, próxima y cómplice un país tal vez demasiado cercano para percatarnos de cómo es en realidad. Un país donde entre otras cosas la lectura goza de un prestigio envidiable en otras latitudes...
Más allá de unos cuantos estereotipos generalmente poco afortunados, Francia es una especie de lugar ignoto para la gran mayoría de los ciudadanos españoles, a los que parece reconfortar la idea de que se trata de un país poblado por unos seres soberbios y altaneros, propensos a la bronca y de mal perder cuando por ejemplo la Roja vence a su selección nacional.
El autor, durante seis años corresponsal de televisión en París, presenta un retrato de Francia impregnado de un afecto crítico, lleno de ironía y basado en su empeño de dar a conocer al lector español un país fascinante, plagado de contradicciones, orgulloso de su historia y que ha aportado a la humanidad conocimiento, placeres sensoriales, métodos de análisis y pensamiento y, en general, un enfoque de la vida que aúna la
razón con la pasión. Como señala el propio autor en el prólogo: «A pesar de sus particularidades en ocasiones irritantes, de sus pulsiones conservadoras fruto de la autocomplacencia, de la inseguridad en sus propias fuerzas y del miedo al declive, a su pérdida de influencia en el mundo y a su crisis de identidad, Francia mantiene una capacidad infinita para imaginar, trascender, inventar e innovar. Es, en general, un país al que hay mucho que agradecerle».
Gracias, Francia pretende descubrir de una forma divertida, rigurosa, próxima y cómplice un país tal vez demasiado cercano para percatarnos de cómo es en realidad. Un país donde entre otras cosas la lectura goza de un prestigio envidiable en otras latitudes...