Las cinco nouvelles que componen Guárdame bajo tierra (2001) comparten un hilo común que se manifiesta bajo el motivo del enterramiento o de la exhumación. El libro arranca con el relato “La guerra perdida del viejo gudari” y concluye con “El huerto de nuestros mayores”, en opinión de la crítica, ambas de una “calidad sobresaliente”.
“Hay que subrayar la perfecta urdimbre de las historias, la verdad psicológica de unos personajes complejos, y la penetración en los fantasmas personales y en el dolor. La intensidad emotiva y la lucidez para indagar en la dimensión trágica de la vida cotidiana, junto con los méritos literarios fundamentales del autor (la expresividad de la prosa y la destreza para organizar el relato), colocan estas dos narraciones en un lugar destacado de nuestra ficción, sobre todo la historia del gudari, una verdadera pieza maestra de la novela corta” (Santos Sanz Villanueva, EL CULTURAL).
“La obsesión de Rossetti” me parece una narración ejemplar, porque aglutina con nitidez los rasgos más frágiles, irritantes y a la vez conmovedores de un tipo de hombre en busca de su sitio exacto frente a las mujeres: temeroso ante el fracaso sentimental, pusilánime en su cálculo de las rentabilidades emocionales, dubitativo y pueril en su manera de entender los mecanismos de la seducción” (J. Ernesto Ayala, EL PAÍS).
La dosificación inteligente de la ironía, el humor y el sentido de la desilusión, hacen de Guárdame bajo tierra una obra admirable.
“Hay que subrayar la perfecta urdimbre de las historias, la verdad psicológica de unos personajes complejos, y la penetración en los fantasmas personales y en el dolor. La intensidad emotiva y la lucidez para indagar en la dimensión trágica de la vida cotidiana, junto con los méritos literarios fundamentales del autor (la expresividad de la prosa y la destreza para organizar el relato), colocan estas dos narraciones en un lugar destacado de nuestra ficción, sobre todo la historia del gudari, una verdadera pieza maestra de la novela corta” (Santos Sanz Villanueva, EL CULTURAL).
“La obsesión de Rossetti” me parece una narración ejemplar, porque aglutina con nitidez los rasgos más frágiles, irritantes y a la vez conmovedores de un tipo de hombre en busca de su sitio exacto frente a las mujeres: temeroso ante el fracaso sentimental, pusilánime en su cálculo de las rentabilidades emocionales, dubitativo y pueril en su manera de entender los mecanismos de la seducción” (J. Ernesto Ayala, EL PAÍS).
La dosificación inteligente de la ironía, el humor y el sentido de la desilusión, hacen de Guárdame bajo tierra una obra admirable.