Un libro escrito entre el escritorio y la calle, que se apodera de la jerga peruana para ahondar en su naturaleza camaleónica.
Como en los cuartos de espejos de antiguas ferias populares, el autor ha registrado el paso bullente y subversivo del habla en este libro singular. Todas las malas palabras venidas de los bajos fondos, sazonadas con el floro de muchachas y muchachos, amén de los préstamos lingüísticos, ingresan por primera vez al ámbito académico. El lector comprobará que jerga y poesía se refuerzan e iluminan. Julio Hevia las observa, explica y “juega” con la polisemia más densa de su estructura oculta: la jerga atravesada por el argot. Este libro es el primer tratado serio de la ironía del habla.
"Es paradójico que en un mundo como el nuestro, donde manda la burocracia y la esterilidad del trámite, donde se impuso y sobrevive una interrogante de la talla de ¿cómo es?, la jerga, suerte de gran collage comunicante y de puzle comunicado, tome los términos de donde crea y pueda, incorpore una y otra vez los tonos requeridos o evacue los giros a desestimar."