Hablamos, hablamos y hablamos...Pero ¿hablamos bien? La verdad es que tenemos tanto miedo y tan poca costumbre, que por lo general, el mensaje no se trasmite como nos gustaría. Pero en realidad, el miedo es necesario, solamente hay que saber controlarlo.
En este libro Javier Reyero nos descubre cómo controlar el miedo y cómo alcanzar la conexión mágica entre quien habla y quien escucha. Porque sin miedo no hay tensión. Sin tensión no hay reflejos. Y sin reflejos, no hay buenos oradores.
El fin de cualquier conversación es la transmisión de conocimiento. Una persona habla y otra u otras oyen. Quien habla espera que quienes oyen hagan algo más: que escuchen y se convenzan. Esa es la clave del título de este libro: Hablar para conVencer.
No es un error tipográfico. Es un juego de palabras, una licencia de autor a fin de resaltar con una sola palabra dos conceptos: Convencer y Vencer. Resulta que la primera incluye la segunda, por lo que el propio idioma resuelve la paradoja. Quienes hablan bien en público convencen porque vencen, porque superan la enorme distancia que separa al oyente del escuchante.
Así, Hablar para conVencer transmite los mecanismos que sirven para alcanzar el éxito de la comunicación. Ya sea una conferencia, el resumen de las cuentas anuales o una reunión en torno a una mesa de trabajo.
En este libro Javier Reyero nos descubre cómo controlar el miedo y cómo alcanzar la conexión mágica entre quien habla y quien escucha. Porque sin miedo no hay tensión. Sin tensión no hay reflejos. Y sin reflejos, no hay buenos oradores.
El fin de cualquier conversación es la transmisión de conocimiento. Una persona habla y otra u otras oyen. Quien habla espera que quienes oyen hagan algo más: que escuchen y se convenzan. Esa es la clave del título de este libro: Hablar para conVencer.
No es un error tipográfico. Es un juego de palabras, una licencia de autor a fin de resaltar con una sola palabra dos conceptos: Convencer y Vencer. Resulta que la primera incluye la segunda, por lo que el propio idioma resuelve la paradoja. Quienes hablan bien en público convencen porque vencen, porque superan la enorme distancia que separa al oyente del escuchante.
Así, Hablar para conVencer transmite los mecanismos que sirven para alcanzar el éxito de la comunicación. Ya sea una conferencia, el resumen de las cuentas anuales o una reunión en torno a una mesa de trabajo.