Aparentemente, Luis es un niño como los demás. Nadie pensaría jamás, viéndolo correr con la lengua fuera tras el balón o devorar una ensaimada rebosante de nata, que es el único niño en el mundo capaz de hablar y relacionarse con los héroes de los tebeos. El único muchacho sobre la tierra que tiene como amigos a Mandrake, el Hombre Enmascarado, Tintín, el ratón Mickey o el Capitán América. Luis Alberto de Cuenca escribió este cuento hace más de veinte años para su hijo Álvaro, que ahora vuelve a prologarlo. Miguel Ángel Martín se ha encargado de ilustrarlo a todo color para esta nueva edición, que pretende rendir un homenaje de sus autores a la imaginación y a los grandes personajes del cómic.
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