«Hilos para laberintos» forma parte del proyecto del autor de reunir los textos que, durante los últimos años, ha publicado como artículos o ha usado en clases y conferencias para profesores, padres o estudiantes. Aparte de que han sido un poco más pulidos, la novedad principal (para quien ya los conozca) es que llevan observaciones y notas que, o bien estaban debajo de algunas afirmaciones, o bien había usado para explicaciones adicionales en algunas sesiones, o bien surgieron en ellas a raíz de algunos comentarios. Y ha añadido algunas más en la revisión.
Cada uno de sus capítulos recoge algún artículo preparado para explicar cómo algunos relatos propios de la literatura infantil y juvenil, junto con otros que no se pueden incluir en ella pero tienen a chicos o chicas como protagonistas principales, presentan algunas cuestiones centrales en nuestra sociedad.
El título está sugerido por la consideración chestertoniana de que nada da más miedo que un laberinto sin centro, una imagen medieval para indicar un problema básico de una sociedad sin Dios. Esta idea se une con la situación propia de muchos chicos y chicas en la adolescencia, que se ven a sí mismos en un laberinto y, buscando la salida, con facilidad terminan encontrando la entrada en uno peor. Una forma de averiguar dónde están las salidas es leer los mejores libros con niños y jóvenes como protagonistas, pues en ellos se nos habla de la educación que reciben, de los problemas que afrontan y de las respuestas que les dan los adultos que les rodean, de las esperanzas que les animan y de los probables rumbos que pueden seguir sus vidas.
El orden de los once capítulos es el alfabético de las palabras nucleares de cada texto que, para facilitar las cosas, el autor ha introducido en los títulos: Conciencia, Dios, Esperanza, Familia, Heroísmo, Lealtad, Libertad, Miedo (tres capítulos), Sentimentalismo.
Cada uno de sus capítulos recoge algún artículo preparado para explicar cómo algunos relatos propios de la literatura infantil y juvenil, junto con otros que no se pueden incluir en ella pero tienen a chicos o chicas como protagonistas principales, presentan algunas cuestiones centrales en nuestra sociedad.
El título está sugerido por la consideración chestertoniana de que nada da más miedo que un laberinto sin centro, una imagen medieval para indicar un problema básico de una sociedad sin Dios. Esta idea se une con la situación propia de muchos chicos y chicas en la adolescencia, que se ven a sí mismos en un laberinto y, buscando la salida, con facilidad terminan encontrando la entrada en uno peor. Una forma de averiguar dónde están las salidas es leer los mejores libros con niños y jóvenes como protagonistas, pues en ellos se nos habla de la educación que reciben, de los problemas que afrontan y de las respuestas que les dan los adultos que les rodean, de las esperanzas que les animan y de los probables rumbos que pueden seguir sus vidas.
El orden de los once capítulos es el alfabético de las palabras nucleares de cada texto que, para facilitar las cosas, el autor ha introducido en los títulos: Conciencia, Dios, Esperanza, Familia, Heroísmo, Lealtad, Libertad, Miedo (tres capítulos), Sentimentalismo.