La sabiduría de los hindúes ha seducido a los occidentales desde tiempos anteriores al gran imperio persa. Posteriormente, los griegos, los romanos y los actuales occidentales han siempre advertido el hechizo de ese aparentemente misterioso mundo. Hasta los recientes personajes del mundo político, del espectáculo, de la música y de la cultura occidentales en general, han viajado en caravana para visitar al guru del momento y aprender algo de la pro- funda espiritualidad oriental.
No obstante, nos parece que del verdadero núcleo de la filosofía oriental los occidentales hayan captado sólo los aspectos exteriores y más pintorescos: la impasibilidad, casi indiferencia, de los sabios hindúes frente a la ansiedad, el apuro, la urgencia de nuestra vida cotidiana.
En cuatro mil años de historia, los hindúes han encontrado y establecido una plataforma común que ha dirimido toda controversia sobre la interpretación del sentido de la vida.
No obstante, nos parece que del verdadero núcleo de la filosofía oriental los occidentales hayan captado sólo los aspectos exteriores y más pintorescos: la impasibilidad, casi indiferencia, de los sabios hindúes frente a la ansiedad, el apuro, la urgencia de nuestra vida cotidiana.
En cuatro mil años de historia, los hindúes han encontrado y establecido una plataforma común que ha dirimido toda controversia sobre la interpretación del sentido de la vida.