El libro está dividido en tres partes; la primera, centrada en la Neurología del siglo XIX, se ocupa del saber neurológico del médico español en esa época (saber ciertamente escaso), y de la fundación en 1882 del primer Servicio de Neurología de cuño moderno que hubo en nuestro país. Este Servicio o Dispensario de enfermedades neurológicas fue fundado y dirigido por Luis Barraquer Roviralta en el Hospital de la Santa Cruz en Barcelona.
En la segunda parte se estudian las dos grandes escuelas de Neurología que hacen ya una notable labor a comienzos del siglo XX: la de Madrid, constituida por varios discípulos de Cajal, como Lafora, Villaverde, Achúcarro, etc. y también por otros como Simarro, Sanchís Banús, Montaud, etc., y la de Barcelona, en donde trabajan Barraquer Ferré, Rodriguez Arias y Subirana Oller, como neurólogos más destacados.
En esta segunda parte se analiza asimismo la vida y la obra de varios neurólogos de provincias, algunos muy estimables como López Albo en Santander y Bilbao, o Román Alberca en Murcia, entre otros.
La tercera parte está dedicada a estudiar la contribución de otros especialistas a la Neurología clínica, especialmente la de las escuelas de Medicina Interna, como las de Nóvoa Santos, Bañuelos, Marañón y Jiménez Díaz.
El libro constituye una notable recopilación de trabajos neurológicos así como de datos sobre los neurólogos de la época, del que ha dicho el profesor de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. Albarracín: “Que constituye, y no soy amigo de retóricas hiperbólicas, un verdadero monumento de la historia de la Neurología Española, que por su riqueza documental se ha convertido ya en libro clásico de consulta para quienes quieran conocer de veras ese brillante período de la disciplina a lo largo y a lo ancho de toda España”.
Como dice S. Obrador en el prólogo: “Ha necesitado José María Izquierdo Rojo largos años para elaborar este concienzudo trabajo, que representa su magnífica tesis doctoral realizada bajo la sabia dirección del Profesor P. Laín Entralgo. Ha recogido con detalle y minuciosidad, excesiva en ocasiones, los datos escritos y publicados sobre este período de la Neurología clínica, preocupándose, además, de obtener también el testimonio a través de impresiones de los contemporáneos o de sus familiares y de algunas cartas inéditas de los biografiados. La recopilación bibliográfica es muy extensa y ampliamente utilizada. En suma, una magnífica obra por la cual felicitamos a su autor que nos presenta con detalle y precisión una época que marca la iniciación de la Neurología Clínica Española”.
Esta iniciación se enmarca en una época de brillantez de las ciencias y las letras españolas, que alcanzaron tal esplendor, que Laín Entralgo ha llamado a esos cincuenta y seis años que van de 1880 a 1936 el “medio siglo de oro” de la cultura española.
En la segunda parte se estudian las dos grandes escuelas de Neurología que hacen ya una notable labor a comienzos del siglo XX: la de Madrid, constituida por varios discípulos de Cajal, como Lafora, Villaverde, Achúcarro, etc. y también por otros como Simarro, Sanchís Banús, Montaud, etc., y la de Barcelona, en donde trabajan Barraquer Ferré, Rodriguez Arias y Subirana Oller, como neurólogos más destacados.
En esta segunda parte se analiza asimismo la vida y la obra de varios neurólogos de provincias, algunos muy estimables como López Albo en Santander y Bilbao, o Román Alberca en Murcia, entre otros.
La tercera parte está dedicada a estudiar la contribución de otros especialistas a la Neurología clínica, especialmente la de las escuelas de Medicina Interna, como las de Nóvoa Santos, Bañuelos, Marañón y Jiménez Díaz.
El libro constituye una notable recopilación de trabajos neurológicos así como de datos sobre los neurólogos de la época, del que ha dicho el profesor de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Dr. Albarracín: “Que constituye, y no soy amigo de retóricas hiperbólicas, un verdadero monumento de la historia de la Neurología Española, que por su riqueza documental se ha convertido ya en libro clásico de consulta para quienes quieran conocer de veras ese brillante período de la disciplina a lo largo y a lo ancho de toda España”.
Como dice S. Obrador en el prólogo: “Ha necesitado José María Izquierdo Rojo largos años para elaborar este concienzudo trabajo, que representa su magnífica tesis doctoral realizada bajo la sabia dirección del Profesor P. Laín Entralgo. Ha recogido con detalle y minuciosidad, excesiva en ocasiones, los datos escritos y publicados sobre este período de la Neurología clínica, preocupándose, además, de obtener también el testimonio a través de impresiones de los contemporáneos o de sus familiares y de algunas cartas inéditas de los biografiados. La recopilación bibliográfica es muy extensa y ampliamente utilizada. En suma, una magnífica obra por la cual felicitamos a su autor que nos presenta con detalle y precisión una época que marca la iniciación de la Neurología Clínica Española”.
Esta iniciación se enmarca en una época de brillantez de las ciencias y las letras españolas, que alcanzaron tal esplendor, que Laín Entralgo ha llamado a esos cincuenta y seis años que van de 1880 a 1936 el “medio siglo de oro” de la cultura española.