Procopio es considerado por muchos el último historiador de la Antigüedad Tardía. Escribió en griego clásico, tomando como modelos a Heródoto y a Tucídides.
Procopio (c. 500-después de 562 d.C.), de la ciudad palestina de Cesarea, fue un historiador griego-bizantino, consejero del general de Justiniano Belisario, a quien acompañó en sus primeras campañas a África y a Italia (Callinicum, Nicea, Cartago, Rávena). A su vuelta a Constantinopla, a la sazón capital del Imperio Romano, fue nombrado prefecto de la ciudad.
Su Historia de las guerras de Justiniano, en ocho libros que abarcan los años 527-553, es una fuente de primer orden para conocer buena parte del reinado de este emperador. Procopio expresa una gran admiración por Belisario, cuyas hazañas narra con entusiasmo. Más comedido, y hasta tibio, se muestra con Justiniano y la emperatriz Teodora. El hecho de que Procopio fuera testigo presencial de los hechos que describe confiere una vívida intensidad a su narración.
Procopio (c. 500-después de 562 d.C.), de la ciudad palestina de Cesarea, fue un historiador griego-bizantino, consejero del general de Justiniano Belisario, a quien acompañó en sus primeras campañas a África y a Italia (Callinicum, Nicea, Cartago, Rávena). A su vuelta a Constantinopla, a la sazón capital del Imperio Romano, fue nombrado prefecto de la ciudad.
Su Historia de las guerras de Justiniano, en ocho libros que abarcan los años 527-553, es una fuente de primer orden para conocer buena parte del reinado de este emperador. Procopio expresa una gran admiración por Belisario, cuyas hazañas narra con entusiasmo. Más comedido, y hasta tibio, se muestra con Justiniano y la emperatriz Teodora. El hecho de que Procopio fuera testigo presencial de los hechos que describe confiere una vívida intensidad a su narración.