Los sitios de Zaragoza formarán época por su singularidad y resultados; y hasta ahora sólo se han publicado producciones que, aunque apreciables, distan mucho del completo que se necesita para formar una idea cual corresponde de tamaños acontecimientos.
Esta historia abraza en sus dos partes cuanto puede apetecerse, pues se ha tenido presente todo lo que se impreso dentro y fuera de España, diferentes memorias inéditas, y más de veinte relaciones de militares y personas que presenciaron los sucesos.
La primera parte comprende lo ocurrido en la capital y pueblos de Aragón desde el 24 de mayo hasta el 31 de agosto de 1808. La segunda, lo que sucedió desde 1 de septiembre hasta 21 de febrero de 1809. En ellas se describe con la debida separación la parte militar de la política; se incluyen en sus respectivos sitios algunos manifiestos, proclamas y noticias oficiales, suprimiendo en aquellos lo reglamentario; y se ha preferido esto a ponerlos por notas, como se ha ejecutado con otros, porque contribuyen a hacer más interesante y variada la lectura. Efectivamente, algunas proclamas y manifiestos están escritos con elegancia y valentía. El de 31 de mayo llamó tanto la atención del invasor, que envió mediadores para que contuviesen aquel torrente, que conoció podía comprometerle. Otras son de distinto género, dirigidas a sostener la exaltación, a conciliar la divergencia de opiniones entre militares y paisanos, a excitar la generosidad en los grandes apuros, y también para sostener las esperanzas y contener los desórdenes...
Esta historia abraza en sus dos partes cuanto puede apetecerse, pues se ha tenido presente todo lo que se impreso dentro y fuera de España, diferentes memorias inéditas, y más de veinte relaciones de militares y personas que presenciaron los sucesos.
La primera parte comprende lo ocurrido en la capital y pueblos de Aragón desde el 24 de mayo hasta el 31 de agosto de 1808. La segunda, lo que sucedió desde 1 de septiembre hasta 21 de febrero de 1809. En ellas se describe con la debida separación la parte militar de la política; se incluyen en sus respectivos sitios algunos manifiestos, proclamas y noticias oficiales, suprimiendo en aquellos lo reglamentario; y se ha preferido esto a ponerlos por notas, como se ha ejecutado con otros, porque contribuyen a hacer más interesante y variada la lectura. Efectivamente, algunas proclamas y manifiestos están escritos con elegancia y valentía. El de 31 de mayo llamó tanto la atención del invasor, que envió mediadores para que contuviesen aquel torrente, que conoció podía comprometerle. Otras son de distinto género, dirigidas a sostener la exaltación, a conciliar la divergencia de opiniones entre militares y paisanos, a excitar la generosidad en los grandes apuros, y también para sostener las esperanzas y contener los desórdenes...