ADOLFO DE CASTRO (1823-1898), gaditano que, además de hombre de letras, embebido de la lengua y la cultura barrocas hasta el punto conseguir falsificar a Cervantes sin que los eruditos sospechen durante algunos años, fue alcalde de su ciudad natal, Gobernador Civil de Cádiz y Huelva, académico de las Buenas Letras de Sevilla y de la de Bellas Artes de Cádiz y correspondiente de la Real Academia de la Lengua, de la de Historia y de la de Ciencias Morales y Políticas. Fue un prolífico compositor de tratados históricos y literarios, aunque también incidió en el ámbito de la creación literaria, destacando como autor teatral.
En “Historia de los judíos en España”, Adolfo de Castro exalta la cultura judía medieval, reconociendo el error y la injusticia histórica de la expulsión, así como su calidad de españoles por derecho propio. Su visión de los hechos pone en tela de juicio el enfoque oficial del problema y se inscribe en una corriente de pensamiento que persigue la integración de las minorías no católicas en el contexto español.
En “Historia de los judíos en España”, Adolfo de Castro exalta la cultura judía medieval, reconociendo el error y la injusticia histórica de la expulsión, así como su calidad de españoles por derecho propio. Su visión de los hechos pone en tela de juicio el enfoque oficial del problema y se inscribe en una corriente de pensamiento que persigue la integración de las minorías no católicas en el contexto español.