Con gran satisfacción presentamos al público esta nueva edición de la “Historia Sagrada” que acoge las sugerencias de nuestros atentos lectores.
Tenemos la sensación que el tiempo, a medida que se acerca a nuestro hoy, pasa más rápidamente. Hace dos millones de años apareció la vida humana sobre la tierra; hace treinta mil años el hombre inició la agricultura; seis mil años hace que aparecieron las primeras culturas superiores y la primera civilización industrial es de apenas hace trescientos años.
En un mundo como el nuestro, caracterizado por una continua crisis de valores y de pensamiento, en que el hombre no alcanza a programar sus proyectos porque se encuentra en una situación de novedad absoluta, porque vive experimentando una sensación de impotencia ante esas crisis suscitadas por el desarrollo de la técnica, sólo la fuerza de la Palabra Divina puede iluminarlo y dirigir sus derroteros. Todos sabemos que esa Palabra de Dios ha sido y seguirá siendo fuente de luz para la humanidad; han pasado milenios y su fuerza sigue tan vigente como nunca.
En medio de tantas palabras que se esfuman, el creyente encuentra en la Sagrada Escritura una Palabra firme, inmutable, dinámica, salvadora, que es un mensaje de verdad, de amor divino, con valor de eternidad.
Un sacerdote piadoso y celoso que durante muchos años estuvo al frente de una parroquia, en la que con gran sentido de responsabilidad y paternal solicitud se dedicó a la catequesis infantil, por sugerencia de un colega, preparó esta Historia Sagrada para los niños que están aprendiendo catecismo y para los catequistas. Esta obra se distingue por su sólida doctrina, por el buen conocimiento de la Biblia, por su estilo sencillo y al alcance de todos, sobre todo de los niños. Las narraciones son todas interesantes y muy educativas, de tal manera que llevan a los niños a seguir la lectura con interés.
Después de cada narración hay una breve exhortación moral, como conclusión espontánea de la misma narración. El catequista podrá así unir lo útil a lo agradable, y dejar grabadas en la mente de los niños las verdades por creer, las virtudes por practicar y los vicios por huir.
Para hacerlo más atractivo a los niños, el libro presenta muchas y selectas ilustraciones que les gustarán muchísimo.
El humilde autor quiso quedar en el anonimato; le basta la satisfacción de haber hecho una buena obra de grande utilidad para los catequistas y para los niños.
Los Editores
Tenemos la sensación que el tiempo, a medida que se acerca a nuestro hoy, pasa más rápidamente. Hace dos millones de años apareció la vida humana sobre la tierra; hace treinta mil años el hombre inició la agricultura; seis mil años hace que aparecieron las primeras culturas superiores y la primera civilización industrial es de apenas hace trescientos años.
En un mundo como el nuestro, caracterizado por una continua crisis de valores y de pensamiento, en que el hombre no alcanza a programar sus proyectos porque se encuentra en una situación de novedad absoluta, porque vive experimentando una sensación de impotencia ante esas crisis suscitadas por el desarrollo de la técnica, sólo la fuerza de la Palabra Divina puede iluminarlo y dirigir sus derroteros. Todos sabemos que esa Palabra de Dios ha sido y seguirá siendo fuente de luz para la humanidad; han pasado milenios y su fuerza sigue tan vigente como nunca.
En medio de tantas palabras que se esfuman, el creyente encuentra en la Sagrada Escritura una Palabra firme, inmutable, dinámica, salvadora, que es un mensaje de verdad, de amor divino, con valor de eternidad.
Un sacerdote piadoso y celoso que durante muchos años estuvo al frente de una parroquia, en la que con gran sentido de responsabilidad y paternal solicitud se dedicó a la catequesis infantil, por sugerencia de un colega, preparó esta Historia Sagrada para los niños que están aprendiendo catecismo y para los catequistas. Esta obra se distingue por su sólida doctrina, por el buen conocimiento de la Biblia, por su estilo sencillo y al alcance de todos, sobre todo de los niños. Las narraciones son todas interesantes y muy educativas, de tal manera que llevan a los niños a seguir la lectura con interés.
Después de cada narración hay una breve exhortación moral, como conclusión espontánea de la misma narración. El catequista podrá así unir lo útil a lo agradable, y dejar grabadas en la mente de los niños las verdades por creer, las virtudes por practicar y los vicios por huir.
Para hacerlo más atractivo a los niños, el libro presenta muchas y selectas ilustraciones que les gustarán muchísimo.
El humilde autor quiso quedar en el anonimato; le basta la satisfacción de haber hecho una buena obra de grande utilidad para los catequistas y para los niños.
Los Editores