Año 2016; vivimos en el hogar digital, el hogar 2.0. Para bien o para mal, nos guste más o nos guste menos, la informática ha entrado de lleno en nuestras vidas, tanto en el trabajo como en casa, y lo ha hecho para hacernos la vida más cómoda. Una vez nos acostumbramos a usar la tecnología nos cuesta deshacernos de ella: todos los días hacemos algo que era impensable hace unos años: llevamos continuamente el teléfono móvil con nosotros, vayamos donde vayamos, y no lo hacemos precisamente porque necesitemos hacer o recibir llamadas, ese es por lo general el menor uso que hacemos de él; lo hacemos porque nos permite estar conectados de continuo, recibir notificaciones al instante, hacer una foto o grabar un vídeo, consultar las redes sociales o pasar los tiempos muertos en el autobús o en la consulta del médico jugando a nuestro juego favorito. En efecto, todo eso que hasta no hace mucho para muchos de nosotros era de ciencia ficción, hoy es algo tan normal como ver la televisión. Y es que eso de poder hacer una foto en cualquier momento y poder enviarla a cualquier persona del mundo en un solo instante, eso de poder comunicarnos con quien queramos con un solo gesto, engancha y mucho.
Tenemos la casa llena de dispositivos electrónicos: televisión, ordenador, teléfonos móviles, tabletas, consola de videojuegos; generamos y consumimos mucha información a diario: programas de televisión que no damos abasto para ver, fotografías y vídeos que hacemos con nuestro móvil o cámara digital o que nos envían nuestros amigos y nuestras familias, el acceso instantáneo a toda la música que queramos, en definitiva, un océano inmenso de información. ¿Cómo clasificamos y compartimos toda esta información? ¿Cómo protegemos a nuestros hijos de los peligros que encierra Internet sin que ello interfiera en su educación y aprendizaje? ¿Cuál es la mejor forma de conectar todos nuestros gadgets electrónicos? ¿Cómo recuperamos nuestro ordenador después de quedar inutilizado por un virus? ¿Cómo lo recuperamos sin perder nuestra información? El objetivo de este libro es dar respuesta a todas estas preguntas y que sea capaz de crear y gestionar una red informática para su hogar de la forma más sencilla posible.
Tenemos la casa llena de dispositivos electrónicos: televisión, ordenador, teléfonos móviles, tabletas, consola de videojuegos; generamos y consumimos mucha información a diario: programas de televisión que no damos abasto para ver, fotografías y vídeos que hacemos con nuestro móvil o cámara digital o que nos envían nuestros amigos y nuestras familias, el acceso instantáneo a toda la música que queramos, en definitiva, un océano inmenso de información. ¿Cómo clasificamos y compartimos toda esta información? ¿Cómo protegemos a nuestros hijos de los peligros que encierra Internet sin que ello interfiera en su educación y aprendizaje? ¿Cuál es la mejor forma de conectar todos nuestros gadgets electrónicos? ¿Cómo recuperamos nuestro ordenador después de quedar inutilizado por un virus? ¿Cómo lo recuperamos sin perder nuestra información? El objetivo de este libro es dar respuesta a todas estas preguntas y que sea capaz de crear y gestionar una red informática para su hogar de la forma más sencilla posible.