La terapia magnética, que fue pionera en el antiguo Egipto, se ha convertido en uno de los pilares de la medicina alternativa moderna Sus partidarios occidentales más conocidos son Cherie Blair (esposa de Tony Blair), Bill Clinton y Sir Anthony Hopkins, el actor. A pesar de que sus méritos son desafiados por los médicos tradicionales, se utiliza ampliamente para tratar dolores en las articulaciones, lesiones deportivas, dolores de espalda, dolor muscular y dolor menstrual.
Durante décadas, los imanes han ocupado un lugar entre los tratamientos alternativos, junto con las hierbas y la acupuntura. Sin embargo, se promovieron para todo tipo de enfermedades, algunas de las cuales no requerían esta terapia, como es el caso del SIDA, cáncer, enfermedades del hígado y otras patologías. Esto está cambiando y cada vez hay más usos avalados científicamente. Varios estudios clínicos controlados realizados en los últimos años sugieren que los imanes pueden efectivamente tratar algunos trastornos, por ejemplo, se utilizan para ortodoncias, extracciones dentales, y para acelerar el crecimiento de los huesos. Algunos profesores de la Facultad de Medicina de Columbia están utilizando los imanes para reducir el dolor entre las personas que han tenido injertos de bypass coronario arterial.
El uso de la Terapia Magnética ahora se mezcla con la quiropráctica, el masaje, la acupuntura, fitoterapia, la nutrición ortomolecular, retroalimentación biológica, la homeopatía, y el resto de las terapias naturales. Lo que parece cierto es que, si tiene gran atractivo, es debido a su efectividad. Algunas de sus ventajas es que se trata de una terapia natural, no tóxica, no hay que tomar ninguna píldora, poner ninguna aguja, ningún ungüento, no tiene efectos secundarios y lo más importante, es de bajo costo. La terapia magnética, cuando se aplica por un profesional, la nutrición apropiada y el ejercicio, ha demostrado ser el remedio más eficaz y barato. Sus efectos son inmediatos y perduran en el tiempo, incluso aunque se suprima.
Y respecto a su razón de ser, lo primero que observamos es el universo, en donde se llegan a desarrollar hasta 400 millones de grados centígrados, la temperatura más alta conocida. La superficie del Sol, que no es sino una enorme esfera de gases ionizados en eterna rotación, llega a alcanzar solamente a 5000 grados centígrados, una temperatura donde nada que conozcamos podría existir. Los científicos están ahora generando gas hidrógeno ionizado, tan increíblemente caliente que vaporiza instantáneamente cualquier cosa que toque. Afortunadamente está confinado en labo¬ratorios, en el interior de recipientes de paredes invisibles. Ello es sólo posible porque el plasma ionizado supercaliente genera un enorme campo magnético y la única fuerza capaz de mantener ese plasma en un lugar fijo y contener su mortífera reacción, es un muro de fuerza magnética negativa. En los laboratorios de física espacial, por tanto, temperaturas 800.000 veces mayores que la de la superficie solar son retenidas en "botellas'' magnéticas.
El Sol es un colosal electroimán, como lo son los miles de millones de estrellas de nuestra Galaxia, y todas las galaxias diseminadas por el Universo conocido. Se sabe que los planetas generan campos magnéticos muy semejantes al de la Tierra, y se ha descubierto recientemente que el cerebro humano tiene polarización magnética positiva-negativa.
Este libro clarifica conceptos y el uso terapéutico de los imanes.
Durante décadas, los imanes han ocupado un lugar entre los tratamientos alternativos, junto con las hierbas y la acupuntura. Sin embargo, se promovieron para todo tipo de enfermedades, algunas de las cuales no requerían esta terapia, como es el caso del SIDA, cáncer, enfermedades del hígado y otras patologías. Esto está cambiando y cada vez hay más usos avalados científicamente. Varios estudios clínicos controlados realizados en los últimos años sugieren que los imanes pueden efectivamente tratar algunos trastornos, por ejemplo, se utilizan para ortodoncias, extracciones dentales, y para acelerar el crecimiento de los huesos. Algunos profesores de la Facultad de Medicina de Columbia están utilizando los imanes para reducir el dolor entre las personas que han tenido injertos de bypass coronario arterial.
El uso de la Terapia Magnética ahora se mezcla con la quiropráctica, el masaje, la acupuntura, fitoterapia, la nutrición ortomolecular, retroalimentación biológica, la homeopatía, y el resto de las terapias naturales. Lo que parece cierto es que, si tiene gran atractivo, es debido a su efectividad. Algunas de sus ventajas es que se trata de una terapia natural, no tóxica, no hay que tomar ninguna píldora, poner ninguna aguja, ningún ungüento, no tiene efectos secundarios y lo más importante, es de bajo costo. La terapia magnética, cuando se aplica por un profesional, la nutrición apropiada y el ejercicio, ha demostrado ser el remedio más eficaz y barato. Sus efectos son inmediatos y perduran en el tiempo, incluso aunque se suprima.
Y respecto a su razón de ser, lo primero que observamos es el universo, en donde se llegan a desarrollar hasta 400 millones de grados centígrados, la temperatura más alta conocida. La superficie del Sol, que no es sino una enorme esfera de gases ionizados en eterna rotación, llega a alcanzar solamente a 5000 grados centígrados, una temperatura donde nada que conozcamos podría existir. Los científicos están ahora generando gas hidrógeno ionizado, tan increíblemente caliente que vaporiza instantáneamente cualquier cosa que toque. Afortunadamente está confinado en labo¬ratorios, en el interior de recipientes de paredes invisibles. Ello es sólo posible porque el plasma ionizado supercaliente genera un enorme campo magnético y la única fuerza capaz de mantener ese plasma en un lugar fijo y contener su mortífera reacción, es un muro de fuerza magnética negativa. En los laboratorios de física espacial, por tanto, temperaturas 800.000 veces mayores que la de la superficie solar son retenidas en "botellas'' magnéticas.
El Sol es un colosal electroimán, como lo son los miles de millones de estrellas de nuestra Galaxia, y todas las galaxias diseminadas por el Universo conocido. Se sabe que los planetas generan campos magnéticos muy semejantes al de la Tierra, y se ha descubierto recientemente que el cerebro humano tiene polarización magnética positiva-negativa.
Este libro clarifica conceptos y el uso terapéutico de los imanes.