Un viejo marino cuenta sus singladuras. Abre su Diario de Navegación y nos muestra los barcos y la gente que los tripula. El mundo a través del ojo de buey de un preso de los océanos, un matalote que ama y odia el mar por igual. Una descripción en primera persona de cuanto ve y siente; ciudades costeras, putas, galernas imposibles, piratas, colegas ahogados, contrabando..., situaciones desconcertantes para la gente de tierra, que puede ver a través de estas páginas fragmentos de la vida del mar con igual curiosidad que observando un barco dentro de una botella.
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