En 1918, G.K. Chesterton viajó junto a Horace Plunkett a Irlanda, con la difícil misión de lograr la colaboración irlandesa en el esfuerzo bélico contra Alemania, en los meses finales de la Gran Guerra. La aguda inteligencia de Chesterton supo ver las grandes características de la nación irlandesa, herida tras la represión de la Rebelión de Pascua (y que pronto alcanzaría su independencia). Un campesinado que había logrado hacerse de nuevo propietario de la tierra, un espíritu, el irlandés, penetrante, amante de las letras, ingenioso, familiar, pero también belicoso, y con un gran espíritu de familia, o más bien, de clan.
Impresiones irlandesas forma parte, junto a "Lo que vi en Estados Unidos", "La Nueva Jerusalén" o "La Resurreción de Roma", del conjunto de libros de viajes de Chesterton y se traduce, ahora, por primera vez al español, con una excelente introducción de Dermot Quinn.
Impresiones irlandesas forma parte, junto a "Lo que vi en Estados Unidos", "La Nueva Jerusalén" o "La Resurreción de Roma", del conjunto de libros de viajes de Chesterton y se traduce, ahora, por primera vez al español, con una excelente introducción de Dermot Quinn.