Esta obra presenta una revisión de las Teorías del Desarrollo Institucional, desde los primeros institucionalistas hasta el Neoinstitucionalismo contemporáneo, y propone un Nuevo Institucionalismo.
Para el Neoinstitucionalismo, el individuo creativo y productor es el motor del desarrollo y está presente en todas las sociedades. Por tanto, el subdesarrollo es sólo la consecuencia de instituciones locales inadecuadas para promover la creatividad individual. De este modo, el Neoinstitucionalismo no nos permite entender la relación entre las instituciones globales y el subdesarrollo. El Nuevo Institucionalismo que se propone en esta obra rescata elementos valiosos del Neoinstitucionalismo, pero —como lo hiciera uno de los principales teóricos del institucionalismo norteamericano, Thorstein B. Veblen—, rechaza al inmutable individuo creativo que es, para esta escuela, el protagonista del desarrollo. Esto implica grandes consecuencias: el Nuevo Institucionalismo explica el subdesarrollo como resultado tanto de un arreglo institucional local no competitivo, como de un inadecuado arreglo institucional mundial.
El Nuevo Institucionalismo permite explicar el desarrollo económico asiático, que fue consecuencia de un arreglo institucional local competitivo, basado en fortalezas sociales y no en el individuo creativo-productor del Neoinstitucionalismo. El Nuevo Institucionalismo reconoce el papel de la creatividad individual en el desarrollo económico de Occidente, pero enfatiza el papel central de la institución de la democracia y del consumo masivo de la clase media. Finalmente, el Nuevo Institucionalismo destaca la necesidad de un nuevo arreglo institucional global.
Para el Neoinstitucionalismo, el individuo creativo y productor es el motor del desarrollo y está presente en todas las sociedades. Por tanto, el subdesarrollo es sólo la consecuencia de instituciones locales inadecuadas para promover la creatividad individual. De este modo, el Neoinstitucionalismo no nos permite entender la relación entre las instituciones globales y el subdesarrollo. El Nuevo Institucionalismo que se propone en esta obra rescata elementos valiosos del Neoinstitucionalismo, pero —como lo hiciera uno de los principales teóricos del institucionalismo norteamericano, Thorstein B. Veblen—, rechaza al inmutable individuo creativo que es, para esta escuela, el protagonista del desarrollo. Esto implica grandes consecuencias: el Nuevo Institucionalismo explica el subdesarrollo como resultado tanto de un arreglo institucional local no competitivo, como de un inadecuado arreglo institucional mundial.
El Nuevo Institucionalismo permite explicar el desarrollo económico asiático, que fue consecuencia de un arreglo institucional local competitivo, basado en fortalezas sociales y no en el individuo creativo-productor del Neoinstitucionalismo. El Nuevo Institucionalismo reconoce el papel de la creatividad individual en el desarrollo económico de Occidente, pero enfatiza el papel central de la institución de la democracia y del consumo masivo de la clase media. Finalmente, el Nuevo Institucionalismo destaca la necesidad de un nuevo arreglo institucional global.