El lector tiene en sus manos una interesante Introducción general a la Sagrada Escritura, en la que su autor, Fray Milton Jordán Chigua OFM, nos hace una visión panorámica importante, fruto de sus años de trabajo pastoral y de investigación, así como de su labor docente como profesor de Sagrada Escritura.
A más de cuarenta años de la publicación de la constitución dogmática “Dei Verbum” (DV), sobre la Divina Revelación, que nos regalara el concilio Vaticano II, reconocemos que aún debemos volver a las invitaciones de este documento teológico-pastoral, para tomar de allí elementos orientadores de una Iglesia que pone con creciente decisión la Palabra de Dios como fundamento de su fe. El concilio Vaticano II ha devuelto la Biblia al pueblo de Dios. La recomendación de “facilitar a todos los fieles el acceso a la Sagrada Escritura” (DV 22) ha descubierto a los católicos un tesoro que durante muchos años había permanecido enterrado.
Como cristianos estamos invitados a poner nuestra mirada en Jesús, Palabra y Pan, para alimentarnos de Él en “las dos mesas”, con el fin de robustecer nuestra fe y ser así anuncio de luz y de esperanza para nuestro pueblo.
El presente libro es una herramienta valiosa para seguir profundizando en el estudio de la Sagrada Escritura, buscando en ella una luz que ilumine nuestro camino. El autor, a lo largo de los siete capítulos, abordará temas como la división de los libros de la Biblia, los idiomas en que fue escrita y las traducciones, recomendando qué criterios se deben utilizar para una adecuada lectura y abordando el tema de los géneros literarios.
Se presenta una síntesis de cada uno de los libros bíblicos. Los temas que el autor considera necesarios, para una lectura creyente y contextualizada de cada uno de los libros, son los que se refieren a la geografía y arqueología bíblica, acercamiento que nos pondrá en relación con la situación social, económica, religiosa y política, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Hay que hacer notar que, si bien es cierto, el contenido tiene la peculiaridad de querer ser accesible para todas las personas, no por eso pierde el rigor científico que debe tener la ciencia bíblica. Por esta razón, en los últimos capítulos se desarrollará el contenido referente a la inspiración, la canonicidad, la hermenéutica y exégesis bíblica, resaltando también el papel de la Iglesia como garante de dicha interpretación.
A más de cuarenta años de la publicación de la constitución dogmática “Dei Verbum” (DV), sobre la Divina Revelación, que nos regalara el concilio Vaticano II, reconocemos que aún debemos volver a las invitaciones de este documento teológico-pastoral, para tomar de allí elementos orientadores de una Iglesia que pone con creciente decisión la Palabra de Dios como fundamento de su fe. El concilio Vaticano II ha devuelto la Biblia al pueblo de Dios. La recomendación de “facilitar a todos los fieles el acceso a la Sagrada Escritura” (DV 22) ha descubierto a los católicos un tesoro que durante muchos años había permanecido enterrado.
Como cristianos estamos invitados a poner nuestra mirada en Jesús, Palabra y Pan, para alimentarnos de Él en “las dos mesas”, con el fin de robustecer nuestra fe y ser así anuncio de luz y de esperanza para nuestro pueblo.
El presente libro es una herramienta valiosa para seguir profundizando en el estudio de la Sagrada Escritura, buscando en ella una luz que ilumine nuestro camino. El autor, a lo largo de los siete capítulos, abordará temas como la división de los libros de la Biblia, los idiomas en que fue escrita y las traducciones, recomendando qué criterios se deben utilizar para una adecuada lectura y abordando el tema de los géneros literarios.
Se presenta una síntesis de cada uno de los libros bíblicos. Los temas que el autor considera necesarios, para una lectura creyente y contextualizada de cada uno de los libros, son los que se refieren a la geografía y arqueología bíblica, acercamiento que nos pondrá en relación con la situación social, económica, religiosa y política, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento.
Hay que hacer notar que, si bien es cierto, el contenido tiene la peculiaridad de querer ser accesible para todas las personas, no por eso pierde el rigor científico que debe tener la ciencia bíblica. Por esta razón, en los últimos capítulos se desarrollará el contenido referente a la inspiración, la canonicidad, la hermenéutica y exégesis bíblica, resaltando también el papel de la Iglesia como garante de dicha interpretación.