Aunque los biocombustibles han existido en la Tierra desde la aparición de las primeras plantas, que forman la biomasa, inicialmente y hasta cerca del siglo XIX se utilizaron únicamente generando fuego como fuente de energía para el calentamiento de los hogares y para cocinar.
Más adelante, se empezaron a utilizar como combustibles líquidos para la iluminación de lámparas y, a finales del siglo XIX, se construyeron los primeros automóviles alimentados con biocombustibles líquidos, tanto con etanol como con aceite vegetal en el caso de los motores diesel.
No obstante, al superar el etanol el coste de la gasolina, los biocombustibles fueron relegados por el petróleo.
El interés por los biocombustibles renació con la crisis energética la década de los años 1970 y por los posteriores vaivenes en el precio del petróleo, junto con el incremento de su demanda y su naturaleza limitada y finita. Todo ello condujo a un impulso de la investigación, desarrollo, producción y consumo de los biocombustibles. A lo anterior se añadió posteriormente la sensibilidad que ha ido creciendo en la población mundial en relación a los perjuicios inherentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsando un nuevo auge en el interés por los biocombustibles gracias a su cualidad de ser más respetuosos con el medio ambiente que los combustibles fósiles en lo que se refiere a la emisión de gases nocivos.
De esta manera, impulsados por políticas de apoyo en más de 50 países, la producción mundial de biocombustibles creció desde los 16.000 millones de litros en el año 2000 a más de 100.000 millones en 2011, cifra que remontó hasta los 110.000 millones en 2012. Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, los biocombustibles pueden llegar a proporcionar el 27% del combustible para el transporte a nivel mundial en 2050, lo que supone multiplicar por 12 su participación actual.
Hay que reseñar la importancia de los biocombustibles para la aviación, tanto la militar como la comercial, teniendo en cuenta que, actualmente, no tienen otra alternativa que los combustibles líquidos. A estos efectos, se han llevado a cabo numerosos vuelos de prueba con biocombustibles, primeramente sin pasajeros y posteriormente con ellos, todos con éxito total.
Los avances en la eficiencia de producción de biocombustibles han mitigado la posible competición con los cultivos alimentarios a lo que hay que añadir el aumento de la producción de los biocombustibles de segunda y tercera generación, los cuales son obtenidos a partir de cultivos que no compiten con la producción de alimentos.
En el libro, además de comentar extensamente lo expuesto anteriormente, se presentan los diferentes tipos de biocombustibles, las propiedades de cada uno de ellos y las diferentes materias primas a partir de las cuales se obtienen, así como la producción y consumo anuales en los principales países productores. Asimismo, se hace un análisis exhaustivo de las principales plantas que se utilizan en la producción de los biocombustibles, señalando sus características y la producción anual de cada una de ellas en los principales países productores. Se exponen los procesos y técnicas de obtención de los biocombustibles, de acuerdo con el tipo de cultivo y del biocombustible a obtener. El libro también incluye secciones dedicadas a las investigaciones realizadas a nivel mundial en el sector, al análisis del impacto medioambiental de los biocombustibles y una prospección de las políticas aplicadas en las distintas naciones. Por último el libro contiene un extenso glosario con las definiciones y descripciones de más de 250 términos relacionados con los biocombustibles.
Más adelante, se empezaron a utilizar como combustibles líquidos para la iluminación de lámparas y, a finales del siglo XIX, se construyeron los primeros automóviles alimentados con biocombustibles líquidos, tanto con etanol como con aceite vegetal en el caso de los motores diesel.
No obstante, al superar el etanol el coste de la gasolina, los biocombustibles fueron relegados por el petróleo.
El interés por los biocombustibles renació con la crisis energética la década de los años 1970 y por los posteriores vaivenes en el precio del petróleo, junto con el incremento de su demanda y su naturaleza limitada y finita. Todo ello condujo a un impulso de la investigación, desarrollo, producción y consumo de los biocombustibles. A lo anterior se añadió posteriormente la sensibilidad que ha ido creciendo en la población mundial en relación a los perjuicios inherentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsando un nuevo auge en el interés por los biocombustibles gracias a su cualidad de ser más respetuosos con el medio ambiente que los combustibles fósiles en lo que se refiere a la emisión de gases nocivos.
De esta manera, impulsados por políticas de apoyo en más de 50 países, la producción mundial de biocombustibles creció desde los 16.000 millones de litros en el año 2000 a más de 100.000 millones en 2011, cifra que remontó hasta los 110.000 millones en 2012. Según las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, los biocombustibles pueden llegar a proporcionar el 27% del combustible para el transporte a nivel mundial en 2050, lo que supone multiplicar por 12 su participación actual.
Hay que reseñar la importancia de los biocombustibles para la aviación, tanto la militar como la comercial, teniendo en cuenta que, actualmente, no tienen otra alternativa que los combustibles líquidos. A estos efectos, se han llevado a cabo numerosos vuelos de prueba con biocombustibles, primeramente sin pasajeros y posteriormente con ellos, todos con éxito total.
Los avances en la eficiencia de producción de biocombustibles han mitigado la posible competición con los cultivos alimentarios a lo que hay que añadir el aumento de la producción de los biocombustibles de segunda y tercera generación, los cuales son obtenidos a partir de cultivos que no compiten con la producción de alimentos.
En el libro, además de comentar extensamente lo expuesto anteriormente, se presentan los diferentes tipos de biocombustibles, las propiedades de cada uno de ellos y las diferentes materias primas a partir de las cuales se obtienen, así como la producción y consumo anuales en los principales países productores. Asimismo, se hace un análisis exhaustivo de las principales plantas que se utilizan en la producción de los biocombustibles, señalando sus características y la producción anual de cada una de ellas en los principales países productores. Se exponen los procesos y técnicas de obtención de los biocombustibles, de acuerdo con el tipo de cultivo y del biocombustible a obtener. El libro también incluye secciones dedicadas a las investigaciones realizadas a nivel mundial en el sector, al análisis del impacto medioambiental de los biocombustibles y una prospección de las políticas aplicadas en las distintas naciones. Por último el libro contiene un extenso glosario con las definiciones y descripciones de más de 250 términos relacionados con los biocombustibles.