Si el bíblico Ismael logra (después de sufrir la sed en el desierto y llorar junto con su madre Agar) fundar un pueblo, una descendencia, el Ismael de Acevedo Díaz encuentra su realización en la lucha que le otorga la libertad. En esta novela, Eduardo Acevedo reconstruye los años de la lucha por la independencia frente a España y Brasil, así como las primeras guerras civiles (1808-1825).
Eduardo Acevedo Díaz fue un político y diplomático uruguayo, de formación universitaria. Fue diputado y senador, y representó a su país en Argentina, Estados Unidos e Italia. Fue uno de los más apasionados militantes del Partido Nacionalista o Blanco; en su pasión política llegó a abandonar sus estudios universitarios para tomar parte en un movimiento revolucionario; de sus actividades en la tribuna y la prensa hay diversos y abundantes testimonios. Supo dos veces las amarguras del destierro.
Esta edición contiene una biografía detallada del autor.
Eduardo Acevedo participó en tres movimientos revolucionarios: acompañó a Timoteo Aparicio en su levantamiento contra Lorenzo Batlle (1870-1872), combatió en la Revolución Tricolor de 1875 y en 1897 se integró en las filas de Aparicio Saravia que lucharon contra Juan Idiarte Borda. Él mismo propició este último alzamiento, ya que dos años antes había retornado de su exilio para fundar el periódico El Nacional y denunciar la corrupción del gobierno. Su compromiso político fue paralelo a su trayectoria periodística, pues escribió también en La República, La Democracia y La Razón.
Eduardo Acevedo Díaz fue un político y diplomático uruguayo, de formación universitaria. Fue diputado y senador, y representó a su país en Argentina, Estados Unidos e Italia. Fue uno de los más apasionados militantes del Partido Nacionalista o Blanco; en su pasión política llegó a abandonar sus estudios universitarios para tomar parte en un movimiento revolucionario; de sus actividades en la tribuna y la prensa hay diversos y abundantes testimonios. Supo dos veces las amarguras del destierro.
Esta edición contiene una biografía detallada del autor.
Eduardo Acevedo participó en tres movimientos revolucionarios: acompañó a Timoteo Aparicio en su levantamiento contra Lorenzo Batlle (1870-1872), combatió en la Revolución Tricolor de 1875 y en 1897 se integró en las filas de Aparicio Saravia que lucharon contra Juan Idiarte Borda. Él mismo propició este último alzamiento, ya que dos años antes había retornado de su exilio para fundar el periódico El Nacional y denunciar la corrupción del gobierno. Su compromiso político fue paralelo a su trayectoria periodística, pues escribió también en La República, La Democracia y La Razón.