«¿Hay alguien que me entienda?» Esto se preguntaba uno de los protagonistas de Finnegans Wake y quizá el mismo Joyce.
Las vicisitudes de la publicación del Ulises, uno de los libros más reseñados y menos leídos de la historia, tiene muchos protagonistas, empezando por Sylvia Beach y su edición parisina de mil ejemplares y acabando al otro lado del Océano con la censura y la sucesiva operación de marketing ideada por Random House en 1934.
Presentamos aquí la fascinante aventura de una de las grandes obras del pasado siglo, cuya primera edición se subastó en 2009 por 450.000 dólares, el precio más alto que jamás se haya pagado por la primera edición de una obra del siglo XX.
Se incluyen también la reedición de James Joyce: sus últimos años en París de V. B. Carleton con prólogo de Simone de Beauvoir, la crónica del reportaje fotográfico que los amigos y editores de Joyce encargaron a una joven Gisèle Freund, y una serie de retratos que inmortalizan a Joyce en su entorno cotidiano y cuyo propósito era hacer publicidad para la inminente publicación de la que sería la última novela del escritor: Finnegans Wake.
Prólogo de Simone de Beauvoir. Incluye álbum fotográfico.
Una obra imprescindible para descubrir uno de losgrandes autores del siglo XX
SOBRE LOS AUTORES
Gisèle Freund (1908-2000) sus fotografías han aparecido en libros e importantes revistas de todo el mundo. Doctora por la Sorbona en Sociología del Arte, es autora de La photographie en France au XIXe siècle, publicado en 1937, y de Photographie et société, publicado en 1974. Pasó largas temporadas en América Latina, y en 1954 publicó un álbum de fotografías, Mexique précolombien. Vivió en París hasta su muerte.
V. B. Carleton nació en Estados Unidos, aunque pasó muchos años en el extranjero. No solo es autora de los comentarios de este libro, sino que también colaboró con Freund en la selección y disposición de las fotografías. Esta labor, según sus propias palabras, fue una verdadera tarea de amor, pues le hizo evocar sus días de juventud cuando, en su primer viaje a París, conoció a Adrienne Monnier, a Sylvia Beach y a muchas de las personalidades que frecuentaban la rue de l’Odéon. Es asimismo autora de las novelas Back to Berlin y de Hour of Departure (Heinemann 1963).
EXTRACTO
Debía de correr el año 1934 cuando vi por vez primera a James Joyce, cenando con su bella esposa en un restaurante cercano a la estación de Montparnasse. Yo estudiaba en la Sorbona, y Joyce era uno de los ídolos literarios de mi generación. Observé fascinada al hombre esbelto y flaco que recibía por parte del camarero las atenciones que solo las personas célebres merecen.
A lo largo de la década de los treinta, la última de su vida, Joyce se movió en círculos muy diferentes a los que había frecuentado en los años veinte. Antiguos amigos como Ezra Pound habían abandonado París; el famoso grupo capitaneado por F. Scott Fitzgerald y el joven Ernest Hemingway había pasado a la historia. «¿Cómo es que no tienes fotografías de toda esa gente? —me preguntarían los editores años después—. ¿No tienes ninguna de Hemingway con Sylvia Beach? ¿Por qué no?» La respuesta parecía obvia: «Nací demasiado tarde».
Las vicisitudes de la publicación del Ulises, uno de los libros más reseñados y menos leídos de la historia, tiene muchos protagonistas, empezando por Sylvia Beach y su edición parisina de mil ejemplares y acabando al otro lado del Océano con la censura y la sucesiva operación de marketing ideada por Random House en 1934.
Presentamos aquí la fascinante aventura de una de las grandes obras del pasado siglo, cuya primera edición se subastó en 2009 por 450.000 dólares, el precio más alto que jamás se haya pagado por la primera edición de una obra del siglo XX.
Se incluyen también la reedición de James Joyce: sus últimos años en París de V. B. Carleton con prólogo de Simone de Beauvoir, la crónica del reportaje fotográfico que los amigos y editores de Joyce encargaron a una joven Gisèle Freund, y una serie de retratos que inmortalizan a Joyce en su entorno cotidiano y cuyo propósito era hacer publicidad para la inminente publicación de la que sería la última novela del escritor: Finnegans Wake.
Prólogo de Simone de Beauvoir. Incluye álbum fotográfico.
Una obra imprescindible para descubrir uno de losgrandes autores del siglo XX
SOBRE LOS AUTORES
Gisèle Freund (1908-2000) sus fotografías han aparecido en libros e importantes revistas de todo el mundo. Doctora por la Sorbona en Sociología del Arte, es autora de La photographie en France au XIXe siècle, publicado en 1937, y de Photographie et société, publicado en 1974. Pasó largas temporadas en América Latina, y en 1954 publicó un álbum de fotografías, Mexique précolombien. Vivió en París hasta su muerte.
V. B. Carleton nació en Estados Unidos, aunque pasó muchos años en el extranjero. No solo es autora de los comentarios de este libro, sino que también colaboró con Freund en la selección y disposición de las fotografías. Esta labor, según sus propias palabras, fue una verdadera tarea de amor, pues le hizo evocar sus días de juventud cuando, en su primer viaje a París, conoció a Adrienne Monnier, a Sylvia Beach y a muchas de las personalidades que frecuentaban la rue de l’Odéon. Es asimismo autora de las novelas Back to Berlin y de Hour of Departure (Heinemann 1963).
EXTRACTO
Debía de correr el año 1934 cuando vi por vez primera a James Joyce, cenando con su bella esposa en un restaurante cercano a la estación de Montparnasse. Yo estudiaba en la Sorbona, y Joyce era uno de los ídolos literarios de mi generación. Observé fascinada al hombre esbelto y flaco que recibía por parte del camarero las atenciones que solo las personas célebres merecen.
A lo largo de la década de los treinta, la última de su vida, Joyce se movió en círculos muy diferentes a los que había frecuentado en los años veinte. Antiguos amigos como Ezra Pound habían abandonado París; el famoso grupo capitaneado por F. Scott Fitzgerald y el joven Ernest Hemingway había pasado a la historia. «¿Cómo es que no tienes fotografías de toda esa gente? —me preguntarían los editores años después—. ¿No tienes ninguna de Hemingway con Sylvia Beach? ¿Por qué no?» La respuesta parecía obvia: «Nací demasiado tarde».