Te lo contaría... pero tendrÍa que matarteMientras el suelo de San Francisco tiembla por enésima vez, un hombre y una mujer desafían al destino encaramándose a la azotea de un gran edificio y se pasean en precario equilibrio por encima de un muro. No son personajes anónimos, y la rocambolesca escena no es el fruto de un arrebato de locura, sino que forma parte de un juego que empieza a ser demasiado peligroso. En cuarenta y ocho horas, dos personajes públicos han hallado la muerte en extrañas circunstancias. Dos días después, una fiscal federal fallece tras un inexplicable choque de vehículos. ¿Muerte accidental, suicidios o inexplicables asesinatos? La policía recurre a la psiquiatra forense Jo Beckett para esclarecer los hechos. Pero no es en las vísceras de las víctimas en las que debe hurgar la doctora Beckett, sino en los entresijos de sus almas. Resolver ambigüedades, implantar certezas donde anidan vaguedades y encontrar sentido donde no parece haberlo. Las vidas de las personas suelen guardar espacios de sombra, culpas y humildes misterios, a menudo banales y apenas susurrados. Pero lo que Jo Beckett empieza a atisbar es mucho más complejo y retorcido: el Club de los Secretos Sucios. Un club absolutamente exclusivo, donde destacados personajes públicos se jactan de sus más perversos secretos. Pero para alcanzar la gloria es necesario algo más, arriesgar sus carreras mientras convierten la ciudad en el tablero de juego de sus desafíos. Parece que la muerte también ha decidido tomar parte en la partida.
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