Esta es una historia de putas. Por ende en ella describo un submundo, y lo hago a través de los “tipos” de mi ya mencionada clasificación, para lo cual no tengo más que presentar a mis amigas –o incluso enemigas-, y entre pasaje y pasaje, hacer el relato de algo que me aconteció. Con suerte, debo estar inventando un género literario, pero si no es así, perdónenme; no soy escritora.
Así comienza uno de los capítulos de esta irreverente novela que de no ser por el implacable sarcasmo presente de principio a fin, podría ser tomada por algunos como una apología del oficio más antiguo del mundo.
Así comienza uno de los capítulos de esta irreverente novela que de no ser por el implacable sarcasmo presente de principio a fin, podría ser tomada por algunos como una apología del oficio más antiguo del mundo.