Las aventuras de Tom Sawyer es considerado como una de las grandes obras maestras de la literatura y su importancia para la literatura estadounidense es inmensa, ya que junto a su secuela (“Las aventuras de Huckleberry Finn”) han marcado un hito, generando opiniones como la William Faulkner, quien lo considera “el padre de la literatura norteamericana”, o la de Ernest Hemingway, que dijo:
“Toda la literatura moderna norteamericana comienza desde el libro de Mark Twain...”
Ambientada en la ciudad ficticia de St. Petersburg, notoriamente inspirada en el pequeño puerto de Hannibal en el que viviera su infancia, se trata de una novela que ofrece una doble visión de la realidad: desde el punto de vista inocente y pícaro de los niños y, desde la perspectiva ilógica y confusa de los adultos. La crítica social, aunque sutil y solapada, es claramente visible para el lector perspicaz.
Este libro (y su secuela) ha sido víctima de la censura por parte de las autoridades estadounidenses y, aún hoy en día, sufre el mismo acoso. El uso de la palabra “nigger” e “injun” continúa siendo cambiado en las ediciones escolares norteamericanas por “esclavo” e “indio” respectivamente. En algunos colegios incluso, este libro es excluido del programa de estudios por la misma razón que sufrió la censura en los tiempos de Mark Twain: “Presenta a las minorías con un carácter estereotipado y se considera a su protagonista como un personaje de carácter moral cuestionable”.
“Toda la literatura moderna norteamericana comienza desde el libro de Mark Twain...”
Ambientada en la ciudad ficticia de St. Petersburg, notoriamente inspirada en el pequeño puerto de Hannibal en el que viviera su infancia, se trata de una novela que ofrece una doble visión de la realidad: desde el punto de vista inocente y pícaro de los niños y, desde la perspectiva ilógica y confusa de los adultos. La crítica social, aunque sutil y solapada, es claramente visible para el lector perspicaz.
Este libro (y su secuela) ha sido víctima de la censura por parte de las autoridades estadounidenses y, aún hoy en día, sufre el mismo acoso. El uso de la palabra “nigger” e “injun” continúa siendo cambiado en las ediciones escolares norteamericanas por “esclavo” e “indio” respectivamente. En algunos colegios incluso, este libro es excluido del programa de estudios por la misma razón que sufrió la censura en los tiempos de Mark Twain: “Presenta a las minorías con un carácter estereotipado y se considera a su protagonista como un personaje de carácter moral cuestionable”.