La bondad de los extraños

Alba es una chica española de madre escocesa que viaja sola por las Highlands, Escocia, en un coche alquilado. Tras ser sorprendida por una tromba de agua mientras visita el castillo en ruinas de Tioram conoce a una familia que vive en un cottage frente a loch Moidart. La familia es en apariencia perfecta: Jack, un piloto de aviación, Rosemary, una amable ama de casa, sus preciosas hijas gemelas Erica y Natalie, y Morweena, una niña melancólica y siempre a medio enfadar. El coche en el que viaja desaparece y Alba acepta quedarse con la familia unos días hasta que el robo sea esclarecido. Jack y Rosemary hacen todo lo posible para que se encuentre cómoda y prolongue su estancia, algo que no resulta difícil ya que Alba se encuentra curiosamente feliz en la casa. Sin embargo, la casa, que a priori parecía el perfecto hogar, se ve envuelta en fenómenos extraños. ¿Qué son las sombras y formas oscuras en el lago y que reptan por el castillo? ¿De dónde procede la bruma negra que un día les envuelve? ¿Por qué la familia se pone tan nerviosa cada vez que Alba les deja para visitar el pueblo o las islas de alrededor? ¿Qué temen?
Cada día que pasa la casa parece perder su color y Jack y Rosemary y, sobre todo, Morweena están más tristes y melancólicos aunque se esfuercen en evitarlo.
El pueblo costero de Moidart está alterado por la puesta en marcha del SeaGen, unas enormes turbinas de marea que generan energía eléctrica. Hamish, un aristócrata enloquecido, afirma con vehemencia que vienen a por ellos pero nadie le cree. Cazas de la Royal Air Force de la cercana base militar de Ullapool sobrevuelan constantemente la zona como si buscaran algo.
Alba teme que las historias marineras que ha oído sobre maldiciones en el loch Moidart, sobre algo oscuro y terrible que se haya en el fondo del lago y que más vale no molestar sean ciertas.