Este libro es el primero de una serie de misterio y terror que inició el autor en el año 2008 y fue escrito en gallego y publicado en el mismo idioma. Concurrió al VII CERTAME LITERARIO DE RELATO DE AVENTURAS "ANTON AVILES DE TARAMANCOS" obteniendo el premio por unanimidad. Se dio la circunstancia que fue la primera vez que un autor obtiene el premio dos veces consecutivas, pues el año anterior también lo consiguió con un relato muy diferente. “La última campaña del capitán Samuel” referida a la pesca de altura en el norte de Europa.
El presente relato está situado en la segunda mitad del siglo XIX en Santiago de Compostela, ciudad en dónde nació el autor, y en su entorno rural. Aprovecha una de las creencias más populares en Galicia, como es La Santa Compaña o procesión de los muertos, muy arraigada en las tradiciones gallegas. Su argumento se centra en la lucha entre la razón y la superstición que implica a dos jóvenes médicos de aquella época. Uno de ellos, recibe una llamada de auxilio para un colega amigo que está agonizando, y un escrito en el que cuenta los extraños sucesos que vivió después de encontrar en un monte de su propiedad una capilla aparentemente abandonada… pero dónde, sin embargo, se apreciaban signos de que “algo” la habitaba. En palabras mezcla el mundo de los vivos y de los muertos, y estos hechos cambian los valores de las personas que presencian la transformación de las creencias en realidades más allá de toda lógica, alterando las reglas de la naturaleza.
Este es un relato ágil que mantendrá en vilo al lector llevándolo a conocer situaciones horripilantes que habitaban aquel antro de malicia y dónde vive la muerte, aunque parezca una paradoja. Se describe el ambiente de aquella época en la que los señores o hidalgos eran dueños de pazos que usaban ocasionalmente en cacerías cuando la vida de la ciudad les cansaba. Eso hacía, de vez en cuando, Don Francisco, unos de los protagonistas de esta novela, muy amante de la caza que ejercía en compañía de sus criados, cuándo sus ocupaciones cómo médico le permitían. Fue en una de estas ocasiones cuándo conoció la capilla maldita que lo llevó al borde la muerte. Se plantea en este relato la dualidad de lo que se ve y se siente con la razón científica, en medio de la cual los personajes se ven inmersos, pues lo que perciben con los sentidos no corresponde al raciocinio lógico, hasta que, en medio de la lucha por salvar una vida humana que se va agotando, se recurre a métodos que repugnan a la razón, pero a través de los cuáles, se salva esa vida en peligro.
Todo esto lo vive y cuenta Don Remigio, médico que, aún en contra de sus principios, lleva aquella lucha hasta la apoteosis final, que el lector vivirá en primera persona, para salvar la vida de su amigo.
El presente relato está situado en la segunda mitad del siglo XIX en Santiago de Compostela, ciudad en dónde nació el autor, y en su entorno rural. Aprovecha una de las creencias más populares en Galicia, como es La Santa Compaña o procesión de los muertos, muy arraigada en las tradiciones gallegas. Su argumento se centra en la lucha entre la razón y la superstición que implica a dos jóvenes médicos de aquella época. Uno de ellos, recibe una llamada de auxilio para un colega amigo que está agonizando, y un escrito en el que cuenta los extraños sucesos que vivió después de encontrar en un monte de su propiedad una capilla aparentemente abandonada… pero dónde, sin embargo, se apreciaban signos de que “algo” la habitaba. En palabras mezcla el mundo de los vivos y de los muertos, y estos hechos cambian los valores de las personas que presencian la transformación de las creencias en realidades más allá de toda lógica, alterando las reglas de la naturaleza.
Este es un relato ágil que mantendrá en vilo al lector llevándolo a conocer situaciones horripilantes que habitaban aquel antro de malicia y dónde vive la muerte, aunque parezca una paradoja. Se describe el ambiente de aquella época en la que los señores o hidalgos eran dueños de pazos que usaban ocasionalmente en cacerías cuando la vida de la ciudad les cansaba. Eso hacía, de vez en cuando, Don Francisco, unos de los protagonistas de esta novela, muy amante de la caza que ejercía en compañía de sus criados, cuándo sus ocupaciones cómo médico le permitían. Fue en una de estas ocasiones cuándo conoció la capilla maldita que lo llevó al borde la muerte. Se plantea en este relato la dualidad de lo que se ve y se siente con la razón científica, en medio de la cual los personajes se ven inmersos, pues lo que perciben con los sentidos no corresponde al raciocinio lógico, hasta que, en medio de la lucha por salvar una vida humana que se va agotando, se recurre a métodos que repugnan a la razón, pero a través de los cuáles, se salva esa vida en peligro.
Todo esto lo vive y cuenta Don Remigio, médico que, aún en contra de sus principios, lleva aquella lucha hasta la apoteosis final, que el lector vivirá en primera persona, para salvar la vida de su amigo.