Daniel Bello, protagonista de la famosa novela romántica argentina del siglo XIX Amalia, de José Mármol, no ha muerto como todos creen. Fue apresado por los esbirros del tirano Rozas, quien, misteriosamente, decide perdonarlo. Y no sólo eso: le encomienda dos misiones casi extravagantes. Una pudo ser un rebuscado castigo: marchará al desierto, en una expedición a las Salinas Grandes, entre otras cosas, “para conocer el país real”. La otra: participará en una trampa epistolar que se le tiende al general Paz, última esperanza de la resistencia a la tiranía, que está acampado en vísperas de una batalla lejana, quizás decisiva, que Rozas quiere evitar.
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