Por primera vez en español, un amplio catálogo de relatos cortos de Ivo Andric, Premio Nobel en 1961 y uno de los grandes maestros de la literatura de los Balcanes.
Las primeras historias forman parte de La casa aislada, obra póstuma publicada en 1976, considerada el testamento narrativo de Andric. En ellas encontramos a un escritor-narrador que habita una solitaria casa del casco antiguo de Sarajevo, cuya soledad se ve alterada por las visitas de personajes históricos o ficticios de diferentes épocas y condiciones sociales --desde aristócratas turcos, austriacos y franceses, hasta un geómetra, un director de circo o una prostituta--, que le van relatando circunstancias y episodios de su vida pasada o de la de otros personajes que les atormentan.
Como elemento característico de todos los relatos, el sello fatalista del destino balcánico, tema central en la obra literaria de Andric, que recrea con gran belleza una atmósfera donde la vulnerabilidad y desdicha de los personajes se presentan como consecuencia natural del ambiente del que forman parte.
El resto de narraciones que aparecen en el libro, publicadas entre los años 1920 y 1975 en distintos medios impresos, cubren la evolución temática, lingüística, estilística y de pintura de personajes del autor, desde su periodo de juventud --influido vivamente por las vanguardias de entreguerras-- hasta su madura consagración como referente absoluto de las letras yugoslavas en serbocroata.
Las primeras historias forman parte de La casa aislada, obra póstuma publicada en 1976, considerada el testamento narrativo de Andric. En ellas encontramos a un escritor-narrador que habita una solitaria casa del casco antiguo de Sarajevo, cuya soledad se ve alterada por las visitas de personajes históricos o ficticios de diferentes épocas y condiciones sociales --desde aristócratas turcos, austriacos y franceses, hasta un geómetra, un director de circo o una prostituta--, que le van relatando circunstancias y episodios de su vida pasada o de la de otros personajes que les atormentan.
Como elemento característico de todos los relatos, el sello fatalista del destino balcánico, tema central en la obra literaria de Andric, que recrea con gran belleza una atmósfera donde la vulnerabilidad y desdicha de los personajes se presentan como consecuencia natural del ambiente del que forman parte.
El resto de narraciones que aparecen en el libro, publicadas entre los años 1920 y 1975 en distintos medios impresos, cubren la evolución temática, lingüística, estilística y de pintura de personajes del autor, desde su periodo de juventud --influido vivamente por las vanguardias de entreguerras-- hasta su madura consagración como referente absoluto de las letras yugoslavas en serbocroata.