«Mientras descendía del carruaje de alquiler para luchar contra el viento por la posesión de mi capa, no tenía ni la más remota sospecha del raro sendero por el que aquella carta iba a conducirme. Porque, de haber tenido conocimiento de ello, jamás habría regresado a Pemberton Hurst.»
Tras la muerte de su madre, Leyla recibe la invitación de la familia de su padre a volver a la mansión familiar, Pemberton Hurst. Con muchas dudas y reservas viaja hasta allí, pues solo sabe que pasó en aquella casa los primeros cinco años de su vida, y que quedó traumatizada por algo horrible que presenció.
Sus familiares la reciben, la saludan y la observan, pero no le dan realmente la bienvenida. Cuando Leyla empieza a hurgar en su pasado, solo topa con desconfianza apenas disimulada y un obstinado silencio. Con la oposición de su familia intenta descubrir la verdad y dar respuesta a sus muchas preguntas: ¿recae en su familia realmente una maldición, como afirman muchos vecinos del lugar? ¿Por qué sus primos nunca se han casado? ¿De verdad debe resignarse a una vida sin amor?
Con valentía, Leyla Permberton lucha por recuperar sus recuerdos. Intuye que el retorno al pasado encierra un terrible secreto pero también la posibilidad de un gran amor.