LA CELESTINA. Fernando de Rojas, en la carta de “El autor a un su amigo”, confiesa que, durante su estancia en Salamanca, vino a topar con un manuscrito anónimo, aunque él insinúa que posiblemente sea de Mena, el cual le gustó tanto que decidió continuarlo, agrupando todo el material encontrado en un solo acto, añadiendo él de su puño y letra los quince restantes, según propia afirmación, durante quince días de vacaciones, si bien tomando el partido de callar su nombre por juzgar el contenido de la obra poco acorde con su profesión de jurista.
Fernando de Rojas fue converso, nacido efectivamente en el lugar que indica, hijo de Garci González Ponce de Rojas y de Catalina de Rojas. Bachiller en Leyes. En 1518 se hallaba establecido en Talavera de la Reina, municipio en que ejerció, en 1538, el cargo de suplente de alcalde mayor. Casó con Leonor Álvarez. Falleciendo poco antes del 8 de abril de 1541, fecha en que su mujer hace inventario de sus bienes.
En nuestros días, Gilman afirma que el proyecto de Rojas debió ser escribir una comedia humanística, pero que se le fue de las manos. Se trata de un género creado por Petrarca, el cual alcanzó gran difusión en Italia durante los siglos XIV y XV. Las comedias humanísticas solían estar escritas en latín y son, de hecho, más aptas para la lectura que para la representación escénica, se caracterizan por un argumento simple y un desarrollo lento, en conexión con ambientes y tipos contemporáneos, mostrando interés por los sectores humildes de la sociedad y por lo pintoresco de la vida cotidiana.
Fernando de Rojas fue converso, nacido efectivamente en el lugar que indica, hijo de Garci González Ponce de Rojas y de Catalina de Rojas. Bachiller en Leyes. En 1518 se hallaba establecido en Talavera de la Reina, municipio en que ejerció, en 1538, el cargo de suplente de alcalde mayor. Casó con Leonor Álvarez. Falleciendo poco antes del 8 de abril de 1541, fecha en que su mujer hace inventario de sus bienes.
En nuestros días, Gilman afirma que el proyecto de Rojas debió ser escribir una comedia humanística, pero que se le fue de las manos. Se trata de un género creado por Petrarca, el cual alcanzó gran difusión en Italia durante los siglos XIV y XV. Las comedias humanísticas solían estar escritas en latín y son, de hecho, más aptas para la lectura que para la representación escénica, se caracterizan por un argumento simple y un desarrollo lento, en conexión con ambientes y tipos contemporáneos, mostrando interés por los sectores humildes de la sociedad y por lo pintoresco de la vida cotidiana.