Ninguno de los compañeros de clase de Estefanía se recoge el pelo en una cola de caballo. Entonces Estefanía decide hacerse una. Los demás niños le gritan: “¡Qué fea! Qué fea!”. Pero a Estefanía no le importa. Cuando todas las niñas se copian de ella, Estefanía decide probar un peinado nuevo. En el estilo típico de Munsch, cada una de las colas de caballo de Estefanía es más disparatada que la anterior, y la lista de copiones sigue creciendo . . .
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