La centralidad de los pobres, la «conversión» del papado, la reforma de la curia y la apuesta por impulsar un gobierno colegial son, según declaraciones del papa Francisco, algunos de los ejes principales de su pontificado. El ejercicio de un papado demasiado unipersonal durante los últimos decenios, sobre todo a partir de la segunda parte del pontificado de Pablo VI y, de manera particular, en los de Juan Pablo II y Benedicto XVI, ha sido un importante factor, aunque no el único, en la distorsión que ha padecido la articulación conciliar de primado, colegialidad y sinodalidad. Mucho han tenido que ver en ello las dificultades por las que han pasado dicha articulación dogmática y su posterior recepción eclesial tanto a partir del Vaticano I como del Vaticano II: fallida y unilateral en el primero de ellos y todavía pendiente en el segundo. Esta obra trata de exponer, de manera argumentada, algunas alternativas en las que puede cuajar la articulación de primado, colegialidad y sinodalidad alcanzada en el Vaticano II. Al proceder de esta manera se espera contribuir a que algún día sea posible la deseada «conversión del papado» y a la par la reforma de la curia vaticana.
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