Luisa Urdaneta, la dama de la libertad, es una caraqueña coqueta y encantadora, muy independiente para su época. Esta novela histórica comienza en 1806 en la Caracas dominada por veinte clanes criollos, “los amos del valle”, grandes propietarios agrícolas que sustentan la prosperidad de la provincia venezolana. Los más progresistas esperan la invasión de Francisco de Miranda para independizarse de España. Bolívar está en París, donde llega la familia de Luisa, golpeada por una conspiración reprimida, y se integra al esplendor del Imperio Napoleónico. La emperatriz Josefina, guiada por sus percepciones extrasensoriales, le aconseja a Bonaparte no emprender la conquista de España ni de Rusia, que él inicia por ambición. La profecía de una espiritista ha presidido la trayectoria de esta mujer, la más atractiva reina de Europa en su tiempo. Paralelamente, la ciudad de Filadelfia, regida por los principios democráticos, acoge el exilio de un poeta caraqueño empeñado en sobrevivir a su nostalgia.
La trama de esta novela, más que ninguna otra de Leyva, se desarrolla según sus ideas sobre el arte y la técnica novelística: el goce de vivir predomina sobre el drama, para disfrute del lector; los personajes sustentan un hondo relieve psicológico y un gran atractivo humano, y se mezclan los históricos y los de ficción; los escenarios y las situaciones son bellos; la dinámica de la acción no decae; la narración es clarísima; el trasfondo de sucesos ha sido rigurosamente estudiado; la sorpresa realza el interés de la lectura sobre una historia viva, puesta de pie por las pasiones de que carecen muchos fríos libros de análisis histórico.
La dama de la libertad ganó de manera unánime en 2012, el primer premio de novela en el Festival del Libro en Houston.
La trama de esta novela, más que ninguna otra de Leyva, se desarrolla según sus ideas sobre el arte y la técnica novelística: el goce de vivir predomina sobre el drama, para disfrute del lector; los personajes sustentan un hondo relieve psicológico y un gran atractivo humano, y se mezclan los históricos y los de ficción; los escenarios y las situaciones son bellos; la dinámica de la acción no decae; la narración es clarísima; el trasfondo de sucesos ha sido rigurosamente estudiado; la sorpresa realza el interés de la lectura sobre una historia viva, puesta de pie por las pasiones de que carecen muchos fríos libros de análisis histórico.
La dama de la libertad ganó de manera unánime en 2012, el primer premio de novela en el Festival del Libro en Houston.