¡Yo no sé nada de economía!
Es una de las frases que más comúnmente escucho en la calle o con amigos. Sin embargo, ¿cómo alguien puede decir que no sabe nada de economía si todos los días toma decisiones económicas? Cada mañana salimos a la calle a ganarnos nuestros pesos trabajando. Elegimos en qué gastar y cuánto. Si nos sobran unos pesos, los ahorramos y luego decidimos en qué invertirlos. Y muchas veces, si queremos tener un auto nuevo, comprar un televisor o hacer un viaje, nos endeudamos con la tarjeta o con el banco.
Todo el tiempo tomamos decisiones económicas, pero lo hacemos
intuitivamente, en parte guiados por nuestras emociones y en parte por la razón. No sólo sabemos de economía, hacemos la economía. Por supuesto que nuestras decisiones cambian con los años, con nuestra vida. No hacemos lo mismo a los 20 que a los 40 o a los 60. No somos los mismos ni deseamos las mismas cosas. De eso trata este libro: de cómo gastamos, invertimos, ahorramos o nos endeudamos. No es para hacernos millonarios, sino para que tomemos mejores decisiones.
Para que podamos decir: "Ahora sé más de la economía de mi vida".
Es una de las frases que más comúnmente escucho en la calle o con amigos. Sin embargo, ¿cómo alguien puede decir que no sabe nada de economía si todos los días toma decisiones económicas? Cada mañana salimos a la calle a ganarnos nuestros pesos trabajando. Elegimos en qué gastar y cuánto. Si nos sobran unos pesos, los ahorramos y luego decidimos en qué invertirlos. Y muchas veces, si queremos tener un auto nuevo, comprar un televisor o hacer un viaje, nos endeudamos con la tarjeta o con el banco.
Todo el tiempo tomamos decisiones económicas, pero lo hacemos
intuitivamente, en parte guiados por nuestras emociones y en parte por la razón. No sólo sabemos de economía, hacemos la economía. Por supuesto que nuestras decisiones cambian con los años, con nuestra vida. No hacemos lo mismo a los 20 que a los 40 o a los 60. No somos los mismos ni deseamos las mismas cosas. De eso trata este libro: de cómo gastamos, invertimos, ahorramos o nos endeudamos. No es para hacernos millonarios, sino para que tomemos mejores decisiones.
Para que podamos decir: "Ahora sé más de la economía de mi vida".