Lo Que Tú Puedes Hacer para Ayudar a Tus Hijos
Todos los padres deseamos que nuestros hijos "salgan bien". Sin embargo, el mundo ha cambiado tanto en las últimas décadas que ya no podemos simplemente imitar la forma en que nuestros padres educaran a nosotros. El mundo que enfrenta nuestros hijos es demasiado diferente. Ahora tenemos que decidir conscientemente cómo vamos a educar a nuestros hijos. Necesitamos aprender a escuchar, dialogar, comprender y explicar a la vez que seamos firmes.
Esta cartilla espera ayudar a los padres en esta tarea desafiante. Da pautas de actividades y conductas en cuatro diferentes áreas de la vida, que los padres pueden aplicar, según sus circunstancias, para dar una mejor educación y orientación a sus hijos.
Cómo Educar desde la Concepción
¿Cuándo hay que comenzar a educar a los hijos? Aunque puede parecer raro, afirmamos que la educación de un niño comienza desde la concepción. La madre influye en el embrión mediante el alimento que consume, su estado emocional, la música que escucha, y las oraciones y palabras de cariño que dirige al bebé. A la vez, el padre influye mediante sus oraciones y palabras de cariño, así como el rodearle a la madre y el embrión con su amor.
Las Cuatro Dimensiones de la Educación
Una vez que el niño nace hay tres aspectos importantes de la educación en los cuales enfocarse: el apoyo emocional, la estimulación temprana y la educación moral y espiritual.
Los estudios han mostrado que la 'inteligencia emocional' contribuye aun más al éxito en la vida que la 'inteligencia cognitiva'. Aunque se han escrito libros completes sobre cómo ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional, esta cartilla da ideas para comenzar el proceso, mediante las muestras de cariño, las respuestas emocionales adecuadas, el felicitarle por sus acciones positivas y el prestar atención al niño, haciendo cosas juntos.
La estimulación temprana abarca dos etapas. Con los bebés implica rodearles de una variedad de cosas que puedan mirar, tocar y escuchar, hablándoles frecuentemente de lo que pasa a su alrededor.
Con los niños de 3 a 4 años, incluye tomar tiempo para conversar con el hijo y responder sus preguntas, enseñarle a hacer las cosas bien, y ayudarle a aprender los números, colores y formas geométricas, para que llegue a la escuela bien preparado.
La educación espiritual se inicia con las oraciones que la madre dice para el embrión, y sigue recitando después de su nacimiento, especialmente en momentos de mucho cariño, tales como al darle a mamar o al acostarle. Si escucha oraciones desde su nacimiento, desde los 2 o 3 años el niño comenzará a orar por su cuenta.
Según crece, también es importante relatarle historias que ejemplifican cualidades morales y conversar con él sobre los acontecimientos que vive o observa que muestren la práctica de cualidades morales, o la falta de éstas, preguntándole qué haría él o ella en semejante situación.
Aunque se comienzan estas actividades desde la temprana infancia del niño, hay que seguir con ellas--especialmente el apoyo emocional y la educación espiritual--una vez que comienza la escuela. En esta etapa de la vida también hay que darle apoyo escolar, mostrando interés en lo que estudia, procurando que lleva a cabo de buena manera sus tareas, y buscando a quién le pueda ayudar cuando necesita más apoyo que lo que uno mismo puede dar. De esta manera, aun los padres con poca educación formal, pueden apoyar a sus hijos.
Esta cartilla espera ayudar a los padres en esta tarea desafiante. Da pautas de actividades y conductas en cuatro diferentes áreas de la vida, que los padres pueden aplicar, según sus circunstancias, para dar una mejor educación y orientación a sus hijos.
Cómo Educar desde la Concepción
¿Cuándo hay que comenzar a educar a los hijos? Aunque puede parecer raro, afirmamos que la educación de un niño comienza desde la concepción. La madre influye en el embrión mediante el alimento que consume, su estado emocional, la música que escucha, y las oraciones y palabras de cariño que dirige al bebé. A la vez, el padre influye mediante sus oraciones y palabras de cariño, así como el rodearle a la madre y el embrión con su amor.
Las Cuatro Dimensiones de la Educación
Una vez que el niño nace hay tres aspectos importantes de la educación en los cuales enfocarse: el apoyo emocional, la estimulación temprana y la educación moral y espiritual.
Los estudios han mostrado que la 'inteligencia emocional' contribuye aun más al éxito en la vida que la 'inteligencia cognitiva'. Aunque se han escrito libros completes sobre cómo ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional, esta cartilla da ideas para comenzar el proceso, mediante las muestras de cariño, las respuestas emocionales adecuadas, el felicitarle por sus acciones positivas y el prestar atención al niño, haciendo cosas juntos.
La estimulación temprana abarca dos etapas. Con los bebés implica rodearles de una variedad de cosas que puedan mirar, tocar y escuchar, hablándoles frecuentemente de lo que pasa a su alrededor.
Con los niños de 3 a 4 años, incluye tomar tiempo para conversar con el hijo y responder sus preguntas, enseñarle a hacer las cosas bien, y ayudarle a aprender los números, colores y formas geométricas, para que llegue a la escuela bien preparado.
La educación espiritual se inicia con las oraciones que la madre dice para el embrión, y sigue recitando después de su nacimiento, especialmente en momentos de mucho cariño, tales como al darle a mamar o al acostarle. Si escucha oraciones desde su nacimiento, desde los 2 o 3 años el niño comenzará a orar por su cuenta.
Según crece, también es importante relatarle historias que ejemplifican cualidades morales y conversar con él sobre los acontecimientos que vive o observa que muestren la práctica de cualidades morales, o la falta de éstas, preguntándole qué haría él o ella en semejante situación.
Aunque se comienzan estas actividades desde la temprana infancia del niño, hay que seguir con ellas--especialmente el apoyo emocional y la educación espiritual--una vez que comienza la escuela. En esta etapa de la vida también hay que darle apoyo escolar, mostrando interés en lo que estudia, procurando que lleva a cabo de buena manera sus tareas, y buscando a quién le pueda ayudar cuando necesita más apoyo que lo que uno mismo puede dar. De esta manera, aun los padres con poca educación formal, pueden apoyar a sus hijos.
¡Actúe ahora y comience a poner en práctica estas sugerencia con sus hijos!