La madre de Ratucape Atte murió al dar a luz, y la niña nació con las dos piernas unidas desde los tobillos como si fueran una sola, malformación que le impediría andar o desplazarse sin ayuda. Y eso, en la tribu, era inaceptable. Sin embargo, el hechicero de la tribu la salvó de una muerte segura al nombrarla «Elegida de la Diosa», y por tanto intocable, sagrada. No podrían hacerle daño y todos debían acatarlo. ¿Todos? Hay alguien que no le perdonaría jamás su existencia, alguien que la odiaba con todas sus fuerzas, alguien que le echaba la culpa de haberle dejado sin madre…
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