El mundo artístico de finales del siglo XIX y principios del XX se satura de color no solamente en la pintura, sino también en la literatura. De hecho, una de las principales críticas y oposiciones que se realiza a la nueva estética modernista se basa en cómo la presencia del cromatismo supone la rotura de una serie de convenciones firmemente establecidas en los discursos literarios sustentados por el clasicismo retórico. Esa revolución expresiva puede condensarse en la fórmula "orgía de colores", compartida por Rubén Darío y don Ramón del Valle-Inclán y puesta en práctica en la escritura de ambos. Este ensayo propone una revisión del término Modernismo y de la descripción de su escritura literaria a partir de este cambio de paradigma
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