Este ensayo no trata de la estupidez humana que usted y yo comprobamos diariamente en los otros y en nosotros mismos. Este libro aborda la estupidez humana que tiene como fundamento un antropocentrismo profundo, congénito, ontológico. El antropocentrismo ha propiciado la degradación moral de la sociedad, la destrucción del medio ambiente y el aniquilamiento inmisericorde de las otras especies animales. Los astrónomos no has mostrado que la Tierra no es el centro del Sistema Solar, que éste no se halla en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, la cual, a su vez, no se encuentra en el centro del universo, ya que es una más entre millones y millones de galaxias. Así, los astrónomos destruyeron nuestro geocentrismo (el creer que ocupamos un lugar privilegiado en el universo). ¿Cuándo los filósofos y, principalmente, nosotros mismos destruiremos nuestro antropocentrsimo, que no nos deja apreciar el lugar insignificante que ocupamos en la vastedad cósmica? Debemos aprender de la ancianidad; ella es prudente y modesta. Solamente la modestia y prudencia, como especie, podrán salvarnos y hacernos evolucionar moralmente.
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