¿Hasta qué punto es lícito mantener viva a una persona que está sufriendo y se muere irremediablemente? ¿Se debe luchar por la vida hasta el fin? ¿Se puede interrumpir el tratamiento para permitir una muerte digna? ¿Es correcto terminar con la vida de quien quiere morir y lo pide? ¿Existe un derecho a morir que deba ser amparado por la sociedad? Hay actualmente un gran debate social acerca de la eutanasia en el que aparentemente chocan dos principios incompatibles: el de respeto a la vida (no matar) y el de respeto a la libertad individual (matar a quien lo pide a causa de su sufrimiento). Este ensayo pretende intervenir en ese debate, para lo que aborda tanto la privación voluntaria de la propia vida (suicidio), como las conductas dirigidas a terminar con la vida de una persona que tiene una enfermedad grave o padece grandes dolores (eutanasia). Se delimita con precisión lo que es la eutanasia, aclarando la confusa terminología que normalmente se utiliza. Se examinan las leyes que ya la regulan, como las de Holanda y Oregón, así como las proposiciones de ley presentadas en el parlamento español, la última en abril de 2004. Y se propone una regulación basada en unos principios elementales, humanos y claros, adaptada a la actual revolución biotecnológica, y que respeta tanto el derecho a la vida como el derecho a una muerte digna.
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