Cuando decidí comenzar con estas Breves Historias de la Literatura, sin más finalidad que la didáctica para esos jóvenes que andaban preguntándome sobre libros, nunca imaginé que en este tercer volumen terminaría ratificando, esa teoría que Vivian y Cyril, en compañía de Wilde en un viejo salón de una señorial casa de campo en Nottinghan me explicaron. Lo resumo con mis palabras: cuanto hacemos y cuanto nos rodea no es una fría percepción neutral e imparcial de nuestros sentidos, no vemos ni experimentamos nada como algo ajeno a los modelos artísticos; sino todo lo contrario, el arte llena de efectos nuestro juicio y es capaz de crear las formas de la belleza o de las sombras, y es su interpretación la que aparece evocada por lo que vemos o sentimos.
Y a eso no ha escapado ninguna sociedad ni tribu, por antigua que fuera, pues al Arte es anterior al lenguaje y a sus formas, y ha pintado cuanto rodea al hombre con sus pinceles estéticos definiendo la vida del ser humano desde que éste se dio al pensamiento.
Estos volúmenes nacieron de unas clases de Literatura, y no tenían más fin que el didáctico. No hay más razón para ellos que la tarea, (bonita palabra cuyo significado la Educación reglada ha ido modificando hasta hacerla tenebrosa), de leer un libro y escribir lo que en nuestra alma nos ha quedado de él.
El efecto sobre el alma de un libro, demasiado para unas simples letras, éste era el fin de las Breves Historias de la Literatura, lo demás no son más que estudios reglados cuya finalidad es hastiarnos, sin que en ellos aprendamos que en realidad el Arte siempre vuela sobre la vida.
Y a eso no ha escapado ninguna sociedad ni tribu, por antigua que fuera, pues al Arte es anterior al lenguaje y a sus formas, y ha pintado cuanto rodea al hombre con sus pinceles estéticos definiendo la vida del ser humano desde que éste se dio al pensamiento.
Estos volúmenes nacieron de unas clases de Literatura, y no tenían más fin que el didáctico. No hay más razón para ellos que la tarea, (bonita palabra cuyo significado la Educación reglada ha ido modificando hasta hacerla tenebrosa), de leer un libro y escribir lo que en nuestra alma nos ha quedado de él.
El efecto sobre el alma de un libro, demasiado para unas simples letras, éste era el fin de las Breves Historias de la Literatura, lo demás no son más que estudios reglados cuya finalidad es hastiarnos, sin que en ellos aprendamos que en realidad el Arte siempre vuela sobre la vida.