Con La hora de la estrella Clarice Lispector puso el punto final a una gran carrera que constituyó uno de los momentos más altos de la literatura brasileña moderna.
Esta es «la historia de una inocencia herida, de una miseria anónima», una breve e intensa visión del absurdo que supone una existencia anodina, una rutina vacía tanto de pensamientos como de afectos, como la de Macabea, la insignificante y escuálida joven del Noreste permanentemente anonadada, una muchacha que «no sabía que ella era lo que era» y que por ello «no se sentía infeliz».
En las páginas de La hora de la estrella aparece con toda su fuerza el personalísimo estilo de Clarice Lispector: su peculiar forma de transformar las palabras en imágenes vigorosas y puras se une aquí a una compleja estructura formal.
Esta es «la historia de una inocencia herida, de una miseria anónima», una breve e intensa visión del absurdo que supone una existencia anodina, una rutina vacía tanto de pensamientos como de afectos, como la de Macabea, la insignificante y escuálida joven del Noreste permanentemente anonadada, una muchacha que «no sabía que ella era lo que era» y que por ello «no se sentía infeliz».
En las páginas de La hora de la estrella aparece con toda su fuerza el personalísimo estilo de Clarice Lispector: su peculiar forma de transformar las palabras en imágenes vigorosas y puras se une aquí a una compleja estructura formal.